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Conseguir sin Perseguir (2)

Esta mañana me he levantado con ganas de responder a una de las preguntas que más tiempo llevo recibiendo. A estas alturas, todo aquel que me ha leído sabe que en mi particular concepción de las relaciones y en la forma en que las trato en mis escritos y en mi vida, siempre digo que no busquemos la atención de los demás.

IMG-20130419-WA0001Es más, me he hartado a repetir que no se hagan «abordajes», que no se intente ser ingenioso, ni llamativo, ni único, ni diferente… Sino que una persona se limite a estar ahí y vivir la vida expresándose con honestidad, siendo auténtica y no un mono de feria… Y vea lo que tiene ante sí.

Parece ser que algunas personas encontraban flecos sueltos en esta explicación que doy, que por raro que les parezca a todos ellos, es precisamente lo que hace que tenga más atención de la que se puede manejar… Aunque no vaya por el mundo siendo indiscreto al respecto, como los personajes que intentan hacerse notar con la excusa de que otras personas les dan la atención que buscan y creen que eso les hace unos seductores.

Conseguir la atención de otra persona es mucho más sencillo, y no tiene nada que ver contigo… Pero tiene todo que ver con la otra persona. Permite que te ilustre.

Para que nos entendamos, lo que yo hago no es tan evidente (pero resulta más que obvio). A decir verdad, es algo más que simple. Cuando yo quiero la atención de otra persona no intento que me vea como sea. No intento meterme a la fuerza en su mundo…

Si quiero la atención de alguien, le doy mi atención primero.

¿Hay algo más detrás de ello? No. Solamente entrego y recibo.

¿Funciona en el 100% de los casos? No. Al menos no como espera cualquiera.

Pero hace uso de mis conceptos favoritos… La simpatía y la resonancia, es decir, la capacidad de compartir nuestras emociones profundas en ese instante de existencia.

Y su función, más importante que «llamar la atención», es únicamente la de expresar en ese momento a esa persona que ha tenido un eco en mi vida… Y nada más.

Puede ser que haya escrito algo que me llame la atención y me suba el ánimo (o que me enfade, que también ocurre). Puede ser que haya tenido un gesto hacia mí o hacia el mundo en general… O puede ser que sea su mera existencia.

El caso es que ese es mi único acto: reconocer su presencia, su acción y el efecto de la misma en mi vida. Y por tanto, sigo siendo fiel a la idea de expresar mi verdad.

Entre trigo esta el camino
(Photo credit: Neme G.)

Pero no funciona en el 100% de los casos como uno esperaría, porque el hecho de recibir la atención de alguien no implica que vayas a tener trato con esa persona. Puede ocurrirte como en el caso de algunas gentes que hablan sobre mí en privado, pero jamás en público… Con la excusa de que no van a darme publicidad gratuita.

Como ves, he tenido su atención, aunque se nieguen a demostrarlo.

También puede ocurrirte que la tengas por un instante pero se disipe por diferencias existenciales entre vosotros… En cuyo caso lo que te aconsejaría es que agradezcas y sigas tu camino por la vida, aprovechando esta experiencia para crecer con su inspiración. Incluso si su inspiración es un referente de lo que no quieres llegar a ser.

Si es lo que quieres para tu vida, prueba a darle la bienvenida a esta idea.

Trata de dejar de buscar la atención de los demás y dales la tuya…

Déjate maravillar por sus circunstancias y por su forma de ser. Admira su esencia y la belleza que encierran sus pensamientos, emociones y actos. Así, tal vez, llegues a conocer algo sobre aquellas personas que tienes delante… Y empieces a recibir atención.

Hazlo incondicionalmente, y será más auténtico.

Será una expresión de tu amor por la vida y tus compañeros en la misma.

¿Y si no somos capaces de hablar en esos términos?

Entonces, tendremos que reconocer nuestros propios sentimientos primero… Y la manera ideal para ello, es que dediquemos instantes de nuestra vida a percibirlos y expresarlos con total libertad y sin discriminarlos por su condición de positivos o negativos.

Si crees que puedes necesitar ayuda para ello…

Ya conoces las propuestas de esta casa para que llegues a expresar tu ser por tus propios medios: a través de tus propias habilidades, tu historia, tu esencia y tu identidad. Además, también habrás llegado a saber algo sobre la manera en que podemos ayudarte a tener listas tus armas naturales y ser ducho en su manejo (lee hasta el final para saber más).

¿No es el caso? Escríbeme a hola[arroba]lavidaesfluir[punto]com y pregúntame todo lo que podemos hacer por tu despertar natural a la Magia de Ser Uno Mismo.


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Muchísimas gracias por tu atención, compañía y colaboración.

Un abrazo, y vuelve cuando quieras.

Kheldar

 

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2 comentarios

  1. Oye, lei tu breve escrito y dejame decirte que esta muy interesante y concuerdo con la mayoria de los puntos que describes, tuve tambien la oportunidad de leer a Neil Strauss, a Jack the ripper (la mayoria de sus libros) y Alvaro Bonilla (Naxos) decantando de toda esta variada bibliografia, puedo decirte que la gran conclusion tácita y mayormente de manera concreta en la mayoria de sus escritos terminan proponiendo de alguna manera que mantengas tu escencia a la hora de seducir ya que esa termina siendo tu principal rasgo de originalidad e instrumento de atraccion…..otro de los puntos en los que concuerdan ustedes de alguna manera coinciden es en decir: que no todas las aproximaciones terminan como uno quisiera y que al final todo se encuentra en las manos de ellas, si no les gustas, no importan las tecnicas o estrategias….ella simplemente te ignorara y se ira.
    En escritos anteriores pude ver que tienes discrepancias con todos los autores que menciones anteriormente, pero pienso que no deberias tomarlo de manera estricta cuando ellos describen en sus libros determinadas tecnica o manera de seduccion, entre IDIS, seduccion moderada, ligera, etc……..creo que al final termina siendo la sumatoria de conocimiento la que beneficia y no la especializacion en determinada estrategia la que termina dandote los resultados deseados…Saludos

    1. Saludos. Primero me gustaría agradecer el tiempo que te has tomado para leerme y escribirme.

      En cuanto a lo que me dices… Lamento decir que no veo lo mismo que tú en dichos contenidos. Veo manipulación, veo desinformación y veo alienación. En gran conclusión, desde mi perspectiva y la de incontables personas que he ido conociendo en estos últimos años, estas personas lo único que proponen es que uno se convierta en un sociópata que haga su santa voluntad y luego se desentienda de las consecuencias que generan sus actos. Hay personas incluso que no tienen reparos en enseñar a librarse de las consecuencias.

      Está claro que en un tema tan etéreo como las relaciones, cualquiera que diga que siempre te vas a salir con la tuya está mintiendo descaradamente y dañando su propia credibilidad… Con lo cual, no me extraña que algunos hayan abandonado sus pretensiones de tener métodos infalibles para lograr lo que quieres con quien te apetezca sin ser rechazado.

      Finalmente, añadir que si me lo tomo (usando tus palabras) de manera estricta, es por una sencilla razón: como bien has señalado, el beneficio está en la sumatoria de conocimiento… Siempre que el mismo sea veraz y beneficioso. Hay gente para todos los gustos, y en este caso, las personas que se sienten realmente a gusto con esta clase de contenidos están en una situación peculiar: la mayoría de ellos tienen heridas abiertas y han desarrollado un odio hacia el sexo deseado (que choca con sus ganas de contacto con el mismo), que canalizan actuando mal y siguiendo el camino fácil, justificándose en que «solamente están aprovechándose ellos antes de que se aprovechen de ellos». Las cosas bien hechas implican algo más difícil: no aprovecharte y no dejar que se aprovechen de ti.

      Y eso no se explica en los contenidos de ninguno de los autores que me has mencionado, ni en los de muchos otros que no señalaste.

      A mí no me sirve de nada un «conocimiento» orientado a alejarme de mí mismo, a incitarme a fingir cualidades y estilos de vida «hasta que los tenga», ni a tratar a las personas como un simple juego de números donde mi objetivo sea el de colarme a la fuerza en la vida de los demás… Todo ello para que otras personas me den palmaditas en la espalda por ser capaz de hacer que esas personas «me compren» y me den sus datos de contacto o un momento de intimidad; pero poco más.

      A quien le sirva, pues bien por él. Pero como decimos por mi tierra… Si vas a la guerra por gusto y te dan un tiro; jódete.

      Las relaciones no son un campo de batalla. Nadie está conspirando para que no folles, ni para que no seas feliz. Pero estos autores, creando una exaltación innecesaria y exagerada de una sexualidad mal entendida y peor vivida, son los que están consiguiendo que tú mismo te impidas tener relaciones plenas y satisfactorias (sean del tipo que sean) y ser feliz contigo mismo.

      Un abrazo, y bienvenido cuando gustes.

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