No hay nada más bello que la responsabilidad personal... Imagen cortesía de Pana Kutlumpasis desde Pixabay
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Salud Sexual (4) — La Responsabilidad Personal.

Hay una parte de la salud sexual de la que se habla poquito porque queda feo: la responsabilidad personal.

Bueno, para no mentir, se habla poco de responsabilidad personal en casi cualquier ámbito de la vida. Por algo existen las excusas y algunos términos tan descriptivos como «cargar las culpas» y «echar balones fuera».

De ahí que me apetezca rescatar una saga de artículos que tiene ya cierta solera en mi blog, y añadir un nuevo capítulo. Hagamos el recuento:

  1. Conocimos el egoísmo positivo y sus beneficios para nuestra vida sexual.
  2. Hablamos de la diferencia entre vínculos y cadenas, para tener una sexualidad más auténtica y relajada.
  3. Entramos en la Conversación más importante: la que desterrará la Guerra de los Sexos de nuestras vidas.
  4. Y hoy emplazamos a la Responsabilidad Personal para llenar el hueco que deja esa guerra absurda. 😛
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No hay nada más bello que la responsabilidad personal… Imagen cortesía de Pana Kutlumpasis desde Pixabay

Tenemos un debate muy interesante entre manos… ¡Vamos con ello!

La Responsabilidad Personal es un encuentro con tu sexualidad

Mejor dicho, te lo dejo en formato cita épica:

La responsabilidad personal es un encuentro contigo mismo y la esencia que quieres imprimir en tu vida. (Sergio Melich)

Sí, lo sé. La sociedad esto y los demás humanos aquello.

El porno blablablá. Hollywood blibliblí. La cultura pop ñañañá.

No te diré mentiras: eso es lo que ocurre en mi cabeza automáticamente cuando empezamos a justificar nuestras DECISIONES como una reacción a lo externo, en vez de una acción pertinente y responsable.

Por eso hoy voy a hablarte de lo que significa la responsabilidad personal, sin pajas mentales. Además, pronto Diana hará lo propio desde su blog Hablando de Sexo.

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¿Quieres saber lo primero que falla en el tema de la responsabilidad personal?

Si acaso, la única culpa que podemos buscar fuera de nosotros es que el ambiente social de esta época que vivimos nos infantiliza.

Nos consideran eternos adolescentes intentando hablar de «cosas de mayores». Por eso hay que «descremar» o «rebajar el tono» al dirigirse a nosotros.

También por eso es que existen tantos «espacios seguros». Y en efecto, ese es el motivo por el que, desde hace años; estamos viendo campañas para desterrar las conversaciones acerca de todo lo que no nos gusta de cualquier espacio. (¡Ojo al matiz de «no nos gusta»!)

Dicen amigas y compañeras en esta profesión de la educación sexual que se habla demasiado poco de lo más natural. Afirman que eso al final estigmatiza una parte de nuestra vida.

Lo irónico es que ese proceder (el de silenciar, no el de introducirlo en las conversaciones que mantenemos) es el que estamos aplicando sistemáticamente a todas las áreas de nuestra vida. Especialmente en cuanto se refiere a identidades e ideologías.

No sabemos hacernos responsables de entrar en desacuerdos cordiales. Es más, no tenemos muchas personas que ejerzan de verdad el respeto ni la tolerancia. Y lo peor es que tampoco los ejercemos para con nosotros mismos.

Puesta la queja, más adelante propongo una solución. Sígueme el viaje por ahora.

El segundo fallo en esto es que hacer gala de responsabilidad personal es complicado.

Si de repente no son los demás los que tienen que resolverte la vida, sino tú… ¡Ay, qué jodido!

Mira, se me ocurren varios ejemplos con el panorama actual:

  • En vez de pedirle cositas a Papá Estado, defender ferozmente tus libertades y esforzarte por crear la vida que deseas.
  • No buscar trabajo por cuenta ajena, sino esforzarte por creártelo tú y trabajar por cuenta propia. (¡Como el 90% de España, vale decir!)

¿Ves por dónde van los tiros? Es más sencillo ser una víctima ilustrada y que nos arreglen otros la papeleta.

Por ejemplo: tengo la fortuna de que mis amistades confían lo suficiente en mí como para contarme sus problemas y esperan que les proporcione soluciones.

Aquí es donde vamos llegando al tema de las soluciones que te decía en el apartado anterior. ¿Vamos con ello?

Mi manera de solucionar va en la onda de la proactividad y la responsabilidad, como te imaginarás.

Muy a menudo, si mis amistades, alumnos y clientes me hablan de problemas para prender la chispa o para conocer su potencial erótico; les he dicho que regalarse juguetes, lencería y cosmética erótica puede ser una buena ayuda.

El consejo en general sigue esta pauta:

  • Identifica aquello que te saca de onda. Especialmente el pensamiento que dispara la sensación, o la percepción que provoca ese pensamiento en primer lugar.
  • Desafíalo, relativízalo, ríete de ello. Añade todas las perspectivas que falten, y después quítalas todas. Amplía la panorámica y aprende a hacer zoom a lo que te interese a ti.
  • Apaga el ruido y observa de nuevo con mente de principiante. Si no tuvieras ninguna experiencia previa, ¿cómo lo interpretarías?
  • Emprende una acción pertinente y responsable. Aquí es donde aconsejo buscar ayuda especializada o prácticas como el autotoque amoroso.

Esta es la línea que seguimos en programas como Al Encuentro de tu Sexualidad o Cuerpo y Placer, que ya han beneficiado a cientos de mujeres (y aproximadamente la cuarta parte de hombres, por cómo suele ser el aforo en estas cosas).

Prefiero compartirla en público hoy para que tú puedas beneficiarte inmediatamente de uno de nuestros consejos más poderosos.

Esta línea de trabajo sigue los 3 principios de la mente. ¡Me parecen una excelente muestra de responsabilidad personal!

Y por si no conoces qué son los 3 principios de la mente ni dónde los he aprendido, te lo contaré.

Esta es la idea de un señor llamado Sidney Banks, quien alega haberlos descubierto tras asistir a un seminario de consejos matrimoniales.

Al parecer, cuando Banks se describió como «desastroso e inseguro», la persona que lideraba la sesión le respondió que «nunca había escuchado algo con menos sentido en toda su vida».

De ahí que al señor se le apareciera la vírgen… O mejor dicho, la realización de que todo esto era un pensamiento que él decidía sostener.

Los tres principios de la mente, la consciencia y el pensamiento se refieren a esto:

  1. La Mente es la energía e inteligencia (con o sin forma) que toda la vida posee. Cabe distinguir una mente universal o impersonal, que es constante e inmutable; y una mente personal que está en cambio perpetuo.
  2. Por otro lado, la Consciencia es el don del reconocimiento, de percatarnos de las cosas. Nos permite reconocer la forma, que es una expresión del Pensamiento.
  3. Y finalmente, el Pensamiento es otro don del que disponemos desde que nacemos. En este caso, es el que contiene nuestra capacidad de agencia. Nuestra responsabilidad personal.

De ahí que buena parte de los profesionales que trabajamos desde el enfoque del empoderamiento estamos lidiando siempre contra pensamientos y creencias limitantes.

No somos meros espectadores ni receptores pasivos de lo que ocurre en nuestras vidas.

El Pensamiento siempre es el punto de partida. Nuestras vidas se guían por aquellos pensamientos que creamos y sostenemos habitualmente.

Percatarnos de ello y alcanzar la Consciencia nos permite modificar las formas y redirigir la energía de nuestra Mente.

Como te contaba en otra entrada, la historia que te cuentas a ti mismo es lo que te impide cambiar el relato.

Por ejemplo, una imagen que hizo mi amiga Sara Arias (Pimpilipausa) para ilustrar este concepto en mi libro Alquimia Mía:

La responsabilidad personal también se demuestra en las decisiones. Por ejemplo, puedes decidir luchar con la vida o bailar con ella...
La responsabilidad personal también se demuestra en las decisiones. Por ejemplo, puedes decidir luchar con la vida o bailar con ella…

¡Y esto es todo lo que te puedo contar hoy sobre la responsabilidad personal!

Pronto tendré más noticias para ti si deseas potenciar tu responsabilidad personal hasta el infinito y más allá.

Por ahora, te toca poner en práctica lo dicho y compartir conmigo en comentarios tus propias reflexiones sobre este fenómeno.

Aprecio mucho cada segundo de tiempo que dedicas leyéndome y dejando tus impresiones. Leo con mucho mimo todos los comentarios y los respondo personalmente.

Además, pronto voy a empezar a responder o reaccionar a estos comentarios en directo desde Instagram. No daré tus datos personales, pero sí que le daré un toque más personal a mi respuesta.

¿Te animas?

Un abrazo y hasta la próxima entrada.

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7 comentarios

  1. Hola Sergio! Muchísimas son las veces en que las personas caemos en el pecado de deslindar nuestra responsabilidad personal y le echamos la culpa a alguien para sentirnos mejor.

    Las mujeres en la mayoria de los casos y lo digo porque he escuchado a mis amigas y hasto yo he caído en lo mismo, cuando hablamos a cerca de no sentirnos atractivas porque tenemos un desacuerdo con la forma de nuestro cuerpo lo que termina afectando la autoestima y si estamos en pareja lógicamente que también afecta la relación. Creo que esos mismos 3 principios que mencionas son bases para identificar ese sentimiento y tratar de solucionarlo.

    Buen post gracias por compartir, abrazos!

    1. ¡Me alegra que te lo parezca, Gabriela! Personalmente tengo curiosidad por saber cuál consejo te parece más útil para ti misma. 🙂

      Un abrazo y bienvenida siempre que gustes.

  2. A mí este tema me encanta, porque definitivamente nos hace mucha falta trabajar la responsabilidad personal. Y sobre todo, creo que nos hace falta identificarla, porque nos creemos muy responsables, pero esto es como todo, solamente se ve en la vida, cuando algo pasa que nos pone a prueba y es ahí donde nos podemos dar cuenta si funciona o no esa responsabilidad que pensamos tener.

    Me ha gustado mucho cómo lo defines y vas llevando el artículo. Ya sabes que me ha ayudado mucho a aclarar mi propia idea del tema y al taller que tenía hace poco sobre este asunto. Un abrazo 🙂

    1. A veces definir algo es el primer paso para lograr comprenderlo y hacer algo con ello en tu vida. Le damos demasiada importancia a muchas cosas, pero a esta en concreto no nos gusta darle tanta hasta que pasa algo que nos hace asumirla como un valor capital. Supongo que cada uno tendrá su «momento ajá» con esto.

      Siempre encantado de encantarte. 🙂

  3. Hola Sergio!!
    Debo reconocer que me ha costado llegar a tener un pequeño resumen porque es tan amplio el articulo que daría para una buen conversación de horas. Alla voy!!
    Como dices y estoy de acuerdo : El Pensamiento es el punto de partida. Ver cuales son y están de manera repetida en nuestro día a día es una labor minuciosa y luego llegar a separar esos pensamientos de lo que nosotros somos realmente ya que somos mucho mas.
    Llegar a conseguirlo (separarlos) y luego modificarlos lo haremos con la Consciencia como nos cuentas.
    Aqui el «capitan de la nave» es nuestra mente capaz si lo trabajamos de «cambiar la historia que nos contamos»
    Un gusto llegar a esta reflexion!!
    Un abrazo

    1. Eso es precisamente lo que me encanta a mí… Generar conversaciones interminables. 🙂

      Me encanta haber dado con el punto clave del pensamiento y que resuene contigo, Virginia. Ya me contarás cómo se lo planteas a la gente que te lee y te sigue. ?

      Un abrazo y bienvenida siempre que gustes.

  4. Sergio nos dejas en este post una interesante reflexión. Creo que es muy fácil dar la culpa a los demás de todo lo malo que nos pasa, lo difícil es ejercer la reaponsabilidad personal y darte cuenta que lo que te sucede, en buena parte, es responsabilidad tuya. Cada uno decide si dice o hace tal o cual cosa, si te responsabilizas de tu vida y dedicas tu tiempo a hacer de ella lo que verdaderamente quieres, o si malgastas tus energías quejándote del gobierno, de la economía, del vecino o de lo que toque en ese momento. Yo apuesto por la responsabilidad personal ??

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