El tigre, las esposas, y la salida de la ratonera.
Lo que estás a punto de leer se va a convertir, si mi tiempo y mi inspiración me lo permiten, en mi próximo escrito de gran tamaño. Es un esbozo de libro, si bien querría dejarle un sabor diferente y una tónica distinta. Tengo ganas de que cualquiera al leer sus palabras pueda sentir las historias reales en las que se fundamentan.
Tengo ganas de que, al mismo tiempo, cualquiera que lea estas palabras sienta como si pusieran voz a su propia situación… Algo sin duda más complejo, pero no imposible. Así que, por lo pronto, todo lo que voy a hacer es dejarte con el texto.
Mis saludos, amigo lector o amiga lectora. Permite que te acoja en este rinconcito donde nos hallamos ambos intercambiando impresiones. No sé si has venido a mi encuentro. No sé si he sido yo quien ha acudido en tu busca… Pero aquí estamos.
Permite además que me presente. Soy un ser humano, un homo sapiens sapiens. Del género masculino, en la etapa adolescente tardía. Tengo el mismo nombre que muchos otros de mi especie. Ese nombre es Sergio, por si te lo preguntabas. Acepto la curiosidad, es buena compañera aunque a veces peque de indiscreta.
Tengo los mismos pensamientos y sentimientos que muchas personas ahí fuera. Pero… ¿Te has preguntado por qué, aunque todos compartimos ciertas cosas, dentro de cada uno resultan tan distintas? Yo lo hice en su día… Y tuve una curiosa impresión. Me estaba esposando a mí mismo. ¿Esposándome a qué?
A la creencia -errada para mí, ahora- de que podría conocer a los demás a través de mis propias interpretaciones. Esto es un pensamiento egoísta y vanidoso.
¿Por qué digo esto? Porque si quiero conocer como piensa o se siente otra persona, no puedo preguntarme a mí mismo lo que creo que piensa o siente. Es una cuestión de lógica, y bastante sencilla.
Estamos atrapados en una ratonera cuya salida tranquilamente abierta queda (por tanto, podemos escapar cuando queramos), pero por la cual nos negamos a pasar. El orgullo, un innecesario y exacerbado proceder, nos retiene.
Somos nuestros propios carceleros. Así pensé un día.
Y pensar así me hizo daño, porque la verdad siempre duele.
De repente, vino a mi mente la imagen de una escena descrita en un tema de uno de mis artistas musicales favoritos: «Salta entre las hojas el gato y parece un tigre«.
Quizás no sea más que un gato que terminó guardado en la ratonera, y que tanto ruido me haga parecer un tigre… Quizás, en esencia sigo siendo parte de todo lo que me rodea y estoy escogiendo con qué identificarme. Para muchos y muchas ahí fuera soy «el brujo», en tanto que para otros y otras yo soy «el gato». Todo tiene su justificación.
Probablemente tú, si piensas, sepas que te ganaste un apelativo similar.
Un pensamiento vino a mí con cada vez que una persona me relataba la impresión que de mí obtenía, la imagen del recuerdo que en ellos/as quedaba. Me han dicho de todo, en todos los tonos, de todos los modos… Y sigo vivo. No sé por cuanto, pero sigo vivo.
Y mientras sigo vivo, sigo pensando. Una persona que quiero me dice con frecuencia que no pienso en cosas realmente trascendentales, que tiendo a dejarme llevar por un pensamiento orientado hacia lo más sencillo en este mundo: relacionarse.
Relacionarse… ¿Con quién? Conmigo mismo, con los demás. Es posible que compartas esa inquietud conmigo y por eso estás aquí… ¿Es ese el caso? Entonces, deja que intente ayudarte a ello compartiendo lo que estoy pensando.
Espero que al saberlo, te puedas hacer preguntas adecuadas. Así pues…
¿Qué estoy pensando? Que un día hace tantos años me pregunté por qué la gente está tan loca de hablar del deseo que siente de compartir su tiempo en relaciones…
Cuando luego hablan de ellas desde el resentimiento profundo. Desde el dolor. Desde el miedo. Desde la total incomprensión. Desde la falta de aceptación… Desde la negación de la naturaleza misma de este microcosmos de incertidumbre.
Esa naturaleza, bajo mi impresión personal es la siguiente:
No hay necesidad de hacer ninguna clase de esfuerzos añadidos… Sencillamente, mantenerse auténtico, mantenerse en calma, y ser honesto sin importar nada más.
Ya sabes que ahí fuera hay un montonazo de desquiciados y cabronazos haciendo toda clase de mierdas para aprovecharse de los demás, manipulándoles en una mascarada de falsedades que van más allá de la falsedad que puedan estilar las personas que se enfrentan a estos simpáticos seres.
Honestamente pienso que nosotros como personas, sin entrar en una batalla de sexos, queremos exactamente lo mismo: comprensión, conexión, divertirnos, pasar un buen rato, conocer gente nueva y llegar más lejos con los que ya conocemos…
Sin llegar más lejos en las motivaciones de realización personal, claro.
Pero, volviendo sobre nuestros alegres cabroncetes, son la clase de gente que vive bajo la idea de que abusar de la ingesta de estupefacientes y tratar de follarse toda persona que les pase por alrededor y llame su atención… Y asimilan que esa es la idea de «convertirse en una mejor persona», o dicho de otra forma, lo llaman «desarrollo personal».
Los ves verter su rabia y resentimiento, y no se arrepienten de ello sino que lo toman como si fuera una justicia poética por todos los «fracasos» de su pasado. Puedes sentir cómo intentan impresionar constantemente a los que les rodean, ser el centro de atención… Además de presenciar lo que ocurre cuando no lo logran o cuando no les dura.
Y cuando te enteras de lo que ocurre en las vidas de esas personas, encuentras vacíos existenciales. Encuentras que no hay contacto real entre ellos y los demás. Encuentras que tratan de aparentar madurez, una mentalidad abierta y esas cosas…
No obstante, siguen siendo infantiles.
Esconden sus miedos, tapan sus heridas con cataplasma, beben aceite de serpiente… Todo sea por conseguir la panacea que los lleve a no sentir angustia y desolación. Se niegan a sí mismos y prefieren identificarse con avatares irreales.
Sacados de contexto, incluso. Si bien este es otro tema.
Pero permíteme que deje de hablar de estas personas tóxicas… No soy el primero que lo hace, aunque llevo tiempo exponiendo sus despropósitos con la esperanza de que las personas de bien entren en razón y no se dejen embaucar por sus palabras bonitas.
Admito que suena genial la idea que obtienes de lo que cuentan. Que puedes follarte a quien quieras y cuando quieras. A la persona que siempre has deseado, a quien te acabas de cruzar ahora mismo…En teoría, a cualquier persona viva sobre la Tierra.
Pero, si yo te dijera que eso no sólo no es así sino que no te llenará, ¿me creerías?
¿Qué estoy pensando? Que sobre este tema, he dejado de pensar.
Que sobre este tema de las relaciones, me dedico únicamente a sentir, y hacer sentir. Que si no pongo una sonrisa en sus labios, si no le hago cosquillas en el alma, si no participa su mente y me brinda su intimidad a la par que comparte la mía; no merezco su atención. Me gusta la claridad y la honestidad, y eso es lo que brindo y lo que espero.
Y te puedo dar millones de explicaciones tan extensas como la que le dí al pensamiento anterior a éste… Pero no me parece que valga la pena hacerlo. Quiero animarte a que trates de justificarlo, explicarlo o incluso rebatirlo; por tu propia mano. Inténtalo.
- Pero comienza por este camino, si quieres una orientación. Cuando digo sentir y hacer sentir, también digo dejar que las cosas pasen sin tratar de hacerlas ocurrir yo mismo. Acción sin acción, lo llaman los chinos.
- Digo escuchar a los demás y dejar que me expliquen cómo piensan y se sienten… Sea verdad o mentira, eso pesa sobre sus conciencias. A mí no me debe preocupar nada eso. Ser capaz de escuchar y no solamente oir, sí debería preocuparme.
- Digo entender que todos tenemos necesidades, tiempos y ritmos y defiendo que ya que todos tenemos estas tres cosas… Seguro que hay una parte de los míos que coincide con una parte de los del resto. Todo lo que hace falta es conectar. Nada de esfuerzos inexistentes o innecesarios.
Y al respecto de eso… Del tema esfuerzos vamos a hablar.
¿Qué estoy pensando? Que los esfuerzos únicamente valen para ir a cagar.
Que nadie debería esforzarse en ser alguien que «ni siente ni padece». Una persona que se acepta como ser humano sabe que siente y padece y no por ello se niega esa experiencia, pues sabe que vive bajo el constante deseo de que alguien escuche y haga eco de sus deseos… Y no trata de embotarse o evadirse, ni de la vida ni de sus responsabilidades personales.
Toda posible carga se alivia al no eludir esta responsabilidad. Constantemente veo personas ahí fuera quejarse de lo mal que les va la vida, de los fallos que tienen, etc.
Pero, ¿sabes lo peor de ver eso? Que también veo que se vuelven mediocres al asumir sus fallos o la situación PERO NO HACER NADA POR CAMBIARLO. Es muy usual que digan «qué se le va a hacer» al enfrentarse a esto… Y así quedará, en nada.
Porque han asumido que no pueden hacer nada; indistintamente de haberlo intentado o no anteriormente, indistintamente de si han agotado o no todas las opciones disponibles.
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Por ahora voy a dejar el texto aquí. Posteriormente seguiré desarrollando más y más que añadir a esto… Y si alguien siente el deseo de hacer aportaciones, bienvenidas son.
Con todo cariño,
Kheldar (Sergio)
«El tigre, las esposas, y la salida de la ratonera.» by Sergio Melich is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License. Creado a partir de la obra en lavidaesfluir.wordpress.com.
Kheldar, Me he pasado por aquí porque me ha dado tu blog en mi correo una notificación de Nuevo Artículo. No Pude Evitar Registrarme. Es Que Colega, tus textos valen la pena leerlo. Son Profundos, Quizas No Aptos para todas las mentes. Pero Ponen a pensar te absorven en ellos y de los poco que he leido la mayorïa tiene calidad, algo que aportar.
De Momento No tengo Que aportar, quizas por motivo de compromisos pendientes, o que mi musa esta de descanzo. Pero si quiero brindarte apoyo porque estoy seguro que cuando te dedicas a escribir, Es Gratificante saber que alguien lo llego a leerlo y le gustó. Ya sea porque tiene similitudes de creencias con respecto al tema. O porque lo ayudó en algo. O Simplemente le ha gustado leerlo. Porque no es un texto que cansa, absorve y te deja con ganas de más Ennorabuena Colega.
«Una persona que se acepta como ser humano sabe que siente y padece y no por ello se niega esa experiencia» Me quedo con esta idea, el dolor es bastante humano no??
Puedo decir con muchas ganas que me ha gustado mucho este escrito y precisamente en estos momentos tengo a lado una persona que se queja de su suerte pero no se da cuenta que ella tiene el papel más importante para hacer algo y cambiarlo ,pero prefiere la pasividad , quejarse y que el resto aguante que se queje una y otra vez que lo único que logra es que la gente no la soporte y le importe menos lo que le pasa.
cheers Sergio!
Muy buen escrito, deja mucho que reflexionar, en lo personal en muchas ocasiones he caido en el error de tratar de ser mejor persona en lo externo, en vez de preocuparme y hacer mi transformación sea de adentro hacia fuera como debe ser; pero que cierto es cuando comentas «que esto no llena». tus observaciones acerca de la conducta del ser humano son envidiables, mucha suerte en tus proximos escritos..
@MrFrank: Yo te agradezco todas y cada una de las gratificaciones que haces cuando escribo algo y atiendes a ello. Desde los gestos de compartir el texto, comentarlo, y compartir tu opinión o complementar la que se vierte… Hasta los de las palabras de ánimo. Y por eso, sigo contando contigo en cada ocasión que puedas hacer una escapadita para venir a este rincón a leerme.
@Darío Minutella: No solamente el dolor, sino también el miedo. Ambos forman parte del sistema de autoconservación del cuerpo, que es, a fin de cuentas, lo que te va a dar cuenta de si sigues vivo y a procurar que así siga.
@Mishkita: Me alegra que te haya gustado, y lo lamento por esa persona. Se va a quedar solito por su propia mano y acción, y luego se preguntará por qué…
@Alucard: Gracias por pasarte compañero. No es malo tratar de ser mejor persona externamente, siempre que el cambio externo venga acompañado del cambio interno y ambas cosas fundamenten un cambio global y realista, no fachadas ni pajas mentales. Gracias también por tus buenos deseos.
Abrazos a todos!
«¿Qué estoy pensando? Que sobre este tema, he dejado de pensar.
Que sobre este tema, me dedico únicamente a sentir, y hacer sentir»
Estos días me estaba alejando un poco de mi camino, sobrepensando como a veces dices.
Pero hay veces que ves que las cosas no son como tú quieres y te obcecas en llegar a ellas pensando e intentando manejarlas y de repente llegan esas situaciones y te das cuenta de que nada es como lo habías pensado…esta cabeza mía que es una maquina de pensar augurios futuros que nunca sucederán… los augurios generan expectativas y cuando estas no se cumplen me estreso… ¿que estoy haciendo mal? joder, deja de pensar y déjate llevar muchacho.
Es lo bueno que tiene hacer tu camino, que aunque te salgas siempre puedes redirigirte, gracias por ayudarnos con estas fantásticas entradas.
Abrazos!!
Me he tomado el tiempo para leer lo que en tu mente paso en algún momento de X día, y debo reconocer que al profundizar sobre lo escrito me di cuenta que coincidimos en muchas cosas por ejemplo hoy me preguntaba si la manera mas fácil de encontrar y manifestar lo que se quiere es aplicar la Acción sin acción y veo que no soy el único que ve mas haya de lo cotidiano por eso me alegra mucho encontrar este blog, de igual manera he visto como personas intentan camuflar sus verdaderos sentimientos por medio de posesiones materiales olvidando de esta manera la gran riqueza que tenemos en nuestro interior, ha sido de gran provecho esta lectura. PAZ.!