2020 es el año antifrágil que necesitábamos
Este año 2020 ha supuesto un parón y un cambio (forzados ambos) en todas nuestras costumbres, que nos ha tirado de culo a todos. Sí, incluso al más antifrágil. Y eso nos deja en una encrucijada interesante.
Hemos visto de cerca lo que se pronosticaba que ocurriría allá por 2040:
- Nuestro aprendizaje, interacción y conversación se darían principalmente por medios digitales. El contacto físico estaría muy limitado y sería cada vez más excepcional.
- Nuestras opiniones y actos estarían fuertemente influenciados por una programación externa. La mayoría de nosotros perderíamos la capacidad para gestionar la ingente cantidad de información disponible, así como para para cribarla, formar criterios propios y tomar decisiones por nosotros mismos.
Dicho de otra forma: el pronóstico era que hacia 2040 estaríamos cada vez más separados y polarizados en base a los algoritmos que más nos afecten y mejor consigan dirigirnos. Y ya está pasando, en pleno 2020.
Para dentro de veinte años el avance de la tecnología cuántica (con la robótica y la computación a la cabeza) habrá transformado el papel de la humanidad en la sociedad. Pero la disrupción ya comenzó.
¡Tu papel es sobrevivir a esta disrupción y volverte antifrágil!
Y no, no es ciencia ficción ni cháchara pseudocientífica.
Son reflexiones compartidas por expertos de educación superior, tecnologías de la información y comunicación, investigación, desarrollo e innovación y economía. Se difunden mediante foros universitarios y obras aclamadas por la crítica.
Es Matrix aquí y ahora, solo que sin los enchufes en el cuerpo.
Las redes sociales han cumplido ese papel a la perfección, y el 2020 ha sido el momento perfecto para darnos cuenta de ello.
No hemos hecho casi otra cosa que contemplar nuestra vida y crear nuevos hábitos desde cero este año.
¿Te has encontrado este 2020 con que, de repente y sin saber muy bien por qué, todo el contenido que aparece en tus redes tiene que ver con algo súper concreto?
Moda, tecnología, fitness, nutrición, patchwork, viajes… Lo que sea, pero muy concreto. Cada vez más concreto, de hecho, conforme pasaba el año. Puede incluso que coexistan varios elementos.
Haz la prueba ahora mismo: ve a tu cuenta de Instagram, si tienes, desde el móvil. Pulsa en la lupa (sección “buscar/descubrir”), y describe con palabras clave todo lo que salga allí por defecto en este momento.
Yo acabo de hacerlo para escribir un ejemplo en tiempo real, y esto es lo que me sale:
- Johnny Depp.
- Ejercicio en casa.
- Estiramientos y movilidad articular.
- Nutrición y alimentación.
- Mujeres atractivas (la mayoría haciendo ejercicio, yoga o similar).
- Hombres mostrando ejercicios de potencia muscular y rehabilitación.
- Artes marciales (aparecen hombres y mujeres indistintamente).
- Y varias publicaciones de amigos y conocidos.
¿Ya tienes claro lo que te aparece a ti? ¿Has sabido categorizarlo?
¿Te preguntas de dónde sale todo lo que acabas de ver en Instagram? Pues te lo cuento.
Con nuestro proceso de revisión y transformación creamos un perfil que cuenta a quien sabe escuchar quiénes somos y cómo queremos ser.
Sucede que tus pequeños gestos (el tiempo de atención, el botón “leer más”, los clics para guardar, compartir, comentar o “reaccionar”, e incluso pasar de largo un contenido y volver a buscarlo) permiten hacer un perfil cada vez más grande y completo sobre ti.
Y con esa información es más fácil influenciarte, dándote justo «lo que quieres, cuando y como lo quieres».
Ten esto muy claro: todos los actores con capacidad para perfilarte (y con acceso a tu macroperfil) saben perfectamente cómo y por dónde entrarte e impactarte; tanto para que compres algo, como para que saltes con los temas que más te afectan.
Por eso es que te van a mostrar información dirigida tanto a los sesgos que tú manifiestes como a los que la propia plataforma quiere fomentar en ti.
Aunque la parte positiva de esto es que no tienes por qué cederles tanto control sobre ti, y puedes beneficiarte de su funcionamiento para volverte un ser antifrágil.
Una parte del trabajo que Diana y yo llevamos a cabo en la Comunidad Fluyendo nos lleva a fijarnos en el estrés, la ansiedad, la depresión, la confusión y la desconexión.
Durante todo este año 2020 hemos hablado en público sobre evitar la cultura del pánico y ser más responsables de nuestra preparación.
Y en nuestros encuentros privados, hemos trabajado con la personalidad antifrágil y sus posibilidades.
Pero, ¿qué es una personalidad antifrágil?
De acuerdo con Nassim Nicholas Taleb, el primero en proponer este término, una personalidad o una persona antifrágil es aquella que no se limita a soportar la adversidad, sino que se ve fortalecida en medio de esta.
Cuando todo es confuso, gana en claridad. Cuando todo es dudoso, se fortalece su resolución. Y cuando todo es incierto, es capaz de resistir a lo impredecible.
Se diferencia del rasgo de la resiliencia en que lo resiliente permanece inalterado cuando se expone a un choque cualquiera. En cambio, lo antifrágil se transforma para mejor.
Para que te hagas una idea, es un concepto recurrente en las narraciones de fantasía y ficción, donde se lleva al máximo exponente.
- Por ejemplo, es el tipo de mecanismo de supervivencia que tiene Doomsday, uno de los peores enemigos de Superman. En concreto, puede volver de la muerte siendo resistente a aquello que lo mató.
- También es la mejor cualidad del cuendillar o piedra del corazón en la saga de La Rueda del Tiempo: que se fortalece con cada intento por destruirla.
¿Por qué te menciono esto de ser antifrágil, y qué interés tiene para ti?
Pues principalmente porque creé mis proyectos para verte vivir bien. Y a renglón seguido, porque puedo ayudarte a lograrlo.
Este año hemos desarrollado un sistema para que cualquier algoritmo, red social, relación y círculo social con el que contemos trabaje a nuestro favor; en vez de manipularnos.
Lo hemos ensayado con éxito con las más de 50 personas que se implicaron en la Comunidad Fluyendo a través de nuestros programas intensivos este año.
Y nuestro sistema se puede resumir así:
- Primero mira hacia dentro. Encontrarás cosas que tratar allí.
- Después preocúpate por aprender habilidades sociales. Principalmente comunicación e hiperaprendizaje.
- Y finalmente, presta atención a tu rol en la sociedad. Tu relación con lo que se considera útil, beneficioso y atractivo, por ejemplo.
En 2021 queremos poner a tu servicio nuestro sistema para desarrollar tu lado antifrágil a tu servicio en forma de un curso online.
Su contenido te guiará a lo largo de 12 semanas para que desarrolles una personalidad y una actitud antifrágiles, domines el hiperaprendizaje y transformes tu vida.
Y es por eso que nos gustaría conocer mejor dónde piensas que hay más desorden y fragilidad en tu vida en estos momentos.
¿En tu autoestima, autoconcepto y amor propio? ¿En tu gestión de la información? ¿En tu proceso de toma de decisiones? ¿En tu forma de relacionarte con los demás?
De esta manera podemos contrastar y mejorar nuestro sistema antes de ofrecértelo.
Quedo atento a lo que quieras contarme en los comentarios o por email.
Un abrazo y hasta pronto.