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Otra forma de rechazo social: Aislamiento en Grupos, segunda parte

He dejado este tema apartado por un tiempo por simplemente recopilar suficientes opiniones y puntos de vista para poder hacer un buen escrito. Este tema nos lo hemos encontrado todos en más o menos ocasiones, e incluso alguna vez lo habremos vivido por nuestra cuenta (en nuestros grupos, vaya). Vamos a ver más sobre ello.

Comentando con una amiga, hablábamos de lo que pasaría si a un grupo de chicos le entrara de repente dos chicas y se fueran con ellos. ¿Que pensarían?

Y si el grupo fuera mixto, bastantes chicos y algunas chicas. ¿Qué pensaría cada cual?

O incluso… En un grupo sólo de chicas, ¿qué pensarían ellas?

Las conclusiones de mi amiga eran de lo más curiosas: en las dos primeras situaciones, los chicos estarían «repartiéndose el botín» (decidiendo a ver quién le tira a quién), saboreando la novedad y tal… Solo que en el segundo caso, probablemente muchas chicas pensarían algo así como «quiénes son estas zorras que me están quitando el protagonismo y la atención de mis amigos, por querer fornicar conmigo y yo no dejarme».

Un pensamiento un poco crudo y satírico, vaya… Pero más cierto o menos, eso lo debe decir la experiencia. Probablemente sea sólo parecido pero no exactamente así lo que piensan.

En el tercer caso, probablemente verían un pequeño intrusismo y se preguntarían quiénes son las chicas que con tanto morro aparecen.

Ojo, estoy hablando de lo que va por el fuero interno. A lo mejor la simpatía, la cordialidad y esas gaitas hacen que al fin y al cabo pueda haber coexistencia en buenas lides, pero vete a saber si por curiosidad, por conveniencia, porque apetece…

Somos animales de costumbre, y aunque nos gustan las novedades no suele gustarnos que nos toquen las cosas de tocar. Por eso solemos salir con las mismas personas, hacer las mismas cosas, ir a los mismos sitios… Algunos, de forma cíclica. Otros, contínuamente.

Por lo que se puede decir que los cambios, si no nos llegan de una forma mesurada… A muchos se nos pueden atragantar. Más cuanto menos acostumbrado se esté a ello.

No es un tema sencillito este… ¿Os apetece opinar, y ayudarme a contrastar?

Kheldar

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Un comentario

  1. Muy interesante tema, sí señor. Yo creo que es más fácil formar un grupo nuevo con individuos que no pertenezcan a ninguno o que hayan salido escaldados de alguno, que entrar en un grupo ya formado y consolidado. Y es más difícil cuanto más «consolidado» en el tiempo esté el grupo y más si no es mixto. Chicas para un grupo de chicos y viceversa, me refiero.

    Y es más que nada porque en un grupo consolidado ya cada uno tiene su «papel» aunque no sea algo de lo que seamos concientes y 1 solo individuo nuevo, puede remover las cosas bastante, sobre todo si tú, por ejemplo, eres el «gracioso» y entra uno con más gracia que tú o si tú eres la «intelectual» y entra una de éstas raras joyas que habla 7 idiomas, tiene 2 carreras y ha leído el triple de libros que tú…

    Aunque estoy totalmente en contra de los clichés y las etiquetas, lo cierto es que la mayoría de los grupos que conozco funcionan con ellas y tienen su peculiar equilibrio.

    Por cierto, no sé cómo es que yo siempre he sido la «rara» jejeje… Con lo normal que yo soy! ;-p

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