Quiero triunfar
|

Triunfar es posible. Descubre qué te lo impide realmente.

Triunfar con tu proyecto de vida, con tu intento de emprendimiento y con lo que se te ponga en los cojones no es tan sencillo.

No basta con llegar y besar el culo de cualquiera que te prometa el Santo Grial. Exige más de ti de lo que cualquiera supone en un principio.

Si tuviera un mentor, me diría que contarte esto es un suicidio social.

Cuando uno asume el papel y la responsabilidad de ser una roca de guía para otros, hay una constante de crecimiento en consecuencia.

Como tú, miles de personas llegan a mi página web todos los días, y se paran a leer mis escritos sobre autoeducación, personalidad, relaciones y estilo de vida.

Súmale a eso mis libros, un éxito modesto en mis videos de YouTube y los cursos y eventos que dirijo; además de mi vida en sí misma (si me conoces en persona, entenderás mejor esto último).

Ya son bastantes las personas cuyas vidas toco, y aún con mi forma de ser tan tocapelotas, lo hago cuidando de mi intención y de mi integridad.

A mí no me interesa venderte una promesa de trucos, técnicas, métodos o estructuras «infalibles». Me basta con compartirme a mí mismo, y me buscan por esa autenticidad.

No puedo enseñarte nada que no conozca… Y aunque las conozca, habrá cosas que no sepa enseñarte; pero puedo acercarte a ellas compartiendo mis experiencias. El resto del camino te toca cubrirlo a ti.

Esa es mi creencia y la verdad en la que me baso.

Ahora bien… Cuando alguien me viene con quejas, normalmente es porque no han puesto su parte donde tocaba. Y se les nota.

Y los casos que pusieron su parte donde era y les salió rana, se parecen a los anteriores en parte. Al fin y al cabo, la actitud y la mentalidad es la misma: escasez, derrotismo, y en poco tiempo indefensión aprendida.

Recibo correos, comentarios públicos y mensajes privados colmados de veneno, reproches y decepciones por cómo está el panorama del desarrollo personal y profesional online.

Y en contra de lo que pueda parecer, no suele ser por celos ni por odio injustificado. Es más: si sintieran algo tan intenso, sería más bien autodesprecio y vergüenza.

Me llegan esas notas por parte de personas a las que, básicamente, han estafado a conciencia.

Personas que cayeron en estrategias de venta como la de «sobreprometer y sobresimplificar la cuestión» para generar hype, y no cayeron precisamente con el tonto de la esquina.

Se la suelen meter doblada individuos y compañías de cierto nivel de fama.

Y como soy de las pocas personas abiertamente críticas con todo, y he mencionado públicamente muchos de estos chanchullos, eventualmente las masas decepcionadas (o sus casos y quejas) llegan hasta mí. A todas horas.

Lo que buscan, y lo que les motiva, es muy sencillo.

La última esperanza de recibir ayuda. O simplemente ventilar sus emociones y pensamientos un poco.

Tal vez ambas cosas.

¿Por qué estás tú aquí, leyéndome? Es posible que sea curiosidad morbosa.

O por lo que opino sobre ciertas formas de triunfar.

¿Buscas vivir una vida mejor?

¿Deseas romper moldes, mitos y cadenas?

¿Persigues la felicidad, o al menos confiar más en ti?

¿O más bien tratas de encajar en el molde del éxito que te vende cualquiera?

Creo sinceramente que ese es el mayor problema: lo que nuestra sociedad nos exige que seamos para encajar en el mundo.

Nos hace sentir que vamos escasos o flojos en ciertas áreas, con las que terminamos obsesionados. Nos invita a pensar que no somos ni tenemos suficiente. Ya ni siquiera para hacer algo de provecho con nuestras vidas, sino para estar simplemente a gusto.

Es entonces cuando cometemos LA GRAN CAGADA: buscar alguien que nos salve de nosotros mismos.

O mejor dicho, de esa disforia socialmente retroalimentada. De nuestra indefensión aprendida.

Por eso, me gustaría dejarte algo claro en este mismo momento.

Nadie puede correr tan lejos ni tan deprisa como para escapar de sí mismo…

Y yo no puedo salvarte de ti, ni de cómo te sientes.

La cuestión es, querido lector o querida lectora, que aunque pudiese NO QUERRÍA.

Y que además me enorgullezco del hecho de que nadie me haya “salvado” a mí.

Porque en todo esto del desarrollo personal y profesional, el emprendimiento digital y demás, reconozco tres prácticas habituales:

  1. Tratar de estar más y mejor formado, para ganar en perspectiva y enfoque. Que no es malo de por sí, pero no sirve de mucho. De hecho, conozco cientos de personas que estaban de puta madre y empezaron a ir en picado por tratar de añadir cosas de más a su negocio, a su vida o a sus relaciones. Los ingleses llaman a esto overkill, y nosotros saturación.

    El problema es no saber diferenciar entre «añadir lo que realmente nos hace falta» y «tragarte lo que te venden como necesario». El mundo está lleno de personas que desearían haberlo sabido antes de cagarla.
  2. Tratar de enfocarse en resultados. Lo que normalmente equivale a tratar de engordar cifras: más citas, más prospectos, más sexo (en el caso de los que me vienen por el tema del ligue)… O más dinero, en el caso más general. 

    El problema es que suelen echar balones fuera, centrarse en técnicas y herramientas (Facebook Ads, Tinder…) y descuidar lo demás. Todo bajo la idea de que iniciar más procesos sin preocuparse por la calidad de los mismos les traerá mayores resultados.
  3. Simplemente tirar la toalla. Porque no salió como querían, y pasan de invertir más recursos que no van a recuperar a corto o medio plazo… O que no van a recuperar jamás, directamente.

    Y aquí, el problema es que creer demasiado en promesas mágicas de éxito fulgurante y en tiempo récord termina de asesinar la poca paciencia que nos queda en esta época. La que necesitaríamos para cambiar de tercio, revisar de forma realista y tomar mejores decisiones.

Por eso a casi nadie se le suele ocurrir lo de pulirse a todos los niveles y andar en equilibrio. Pisando firme sobre los dos pies.

Con la suficiente presencia de ánimo para no esconder nada; porque las cagadas definen tanto como los éxitos.

¡Recuerda el refrán!

Se aprende más sobre ti viendo cómo resuelves un problema, que a través de tu comportamiento cuando todo está bien.

Reconciliarse con uno mismo es nuestro deber, ¡y hacer trampas no nos ayudará a triunfar!

Bajo ninguna circunstancia desearía ofrecerte la fábula del zapatero (que se iba a dormir cada noche con el trabajo sin hacer, y por la mañana encontraba que unos duendes lo habían hecho por él)… Porque eso, sencillamente, es irreal.

No vas a ver amanecer el día que, sin haber puesto lo que tienes que poner de tu parte, tu vida cambie radicalmente. Bueno, a no ser que hablemos de tu muerte o de una enfermedad severa. En eso sí que te van a llegar cambios drásticos independientemente de lo que hagas.

Y es muy habitual que te vendan la reinvención de mil formas, en especial cuando tratas de superar un momento crítico en tu vida. Ya sabes: un despido, la muerte de alguien muy importante para ti, un abuso, una ruptura traumática, una bancarrota… Lo que sea que te afecte.

Cuando empecé a leer sobre estos temas en 2002, la industria de la autoayuda y la mentoría ya llevaba sus buenos 30 años funcionando. Y por lo general sigue siendo igual: confundirte y abrumarte para venderte, o aprovechar tu descontento con algo para venderte.

¿Y qué venden? Una promesa de cambio, y claves para lograrlo.

Hay mil estrategias para ello, y ninguna es como ir al McDonald’s

Hay propuestas muy legítimas que te ayudan a responsabilizarte del proceso… Pero en serio. No como parte del gancho. Y por supuesto, también hay propuestas que se centran en tu ansia. Tu hambre de cambios.

Tomarte la píldora roja (la venta más frecuente dentro del mundo de la autoayuda y el life coaching), es como ir al fast food del desarrollo personal.

Habrá talleres donde te hagan caminar sobre las brasas. Donde te hagan acercarte a hablar con cien desconocidos en una noche y sacarles algún dato de contacto. Donde practiques técnicas de venta y de comunicación.

Y todos con el enfoque americano de la macrofiesta, para que salgas riendo más que en años…

Aunque luego sigas siendo el mismo patán que entró; pero con menos dinero en el bolsillo, y alguna que otra idea que tal vez hasta te sirva de algo.

Pero, ¿qué te queda realmente de ello?

La euforia, mezclada con adrenalina y acciones sin propósito más allá del entretenimiento.

El mismo bálsamo que has estado usando para tapar todo aquello que llevas dentro y que quieres evitar afrontar.

Siendo honestos, así es como esta gente consigue tantas ventas: promesas estrafalarias y poco realistas, con la capacidad de provocar tu euforia.

Esa es la mejor manera de engancharte a la espiral del consumo:

  • Mantenerte siempre en el limite entre el descontento con tu situación y la ambición de triunfar…
  • Y que tú mismo les atribuyas el papel de salvavidas, visionarios e ídolos.

Tan sencillo, y tan escondido a simple vista.

¡Su triunfo es tu derrota!

La hostia de profundo, ¿verdad?

Tu problema sigues siendo tú, pero esta vez te dejas explotar. Así que romperé un poco más tu burbuja.

Cada vez que empiezas un proyecto o un cambio en tu vida y te atascas, no es porque seas inútil.

Es porque estás a matar contigo mismo. Con tu propia persona.

Es porque estás en transición, y tienes que conectar todo lo que estás aprendiendo ahora con todo lo que ya has aprendido.

Y también se debe a que aquello que intentas imitar no casa contigo, hasta el punto de que provocas rechazo en los demás… Y hasta en ti.

Pero tiene solución, con un poquito de purgante. Vamos allá.

¿Por qué el 99% de los coaches y blogueros no van a triunfar JAMÁS?

Muy sencillo.

A la gente que recién incursiona en este ámbito raramente se le dice que tienen que crear su propia identidad, su propia voz y su propia práctica.

Y cuando se les dice, queda solamente en palabras.

Lo que se les anima a hacer en realidad es a copiar emular las prácticas de marketing, de comunicación, de creación de contenidos y de trabajo que otros les cuentan.

Como resultado, esta gente NO ESTÁ comprometida con crear una forma orgánica (léase natural y más propia de ellos) de conectar su identidad y sus aprendizajes con el servicio que hacen al mundo.

Y menos todavía con conectarse al mundo y a otras personas. Porque no olvidemos que la conexión que buscan la mayoría de métodos es utilitarista (es decir: sólo me sirve si me da lo que quiero recibir y no me cuesta mucho).

Los dos primeros puntos (la identidad confusa y los métodos desubicados) no son tan importantes; pero la falta de compromiso contigo mismo es crucial. Es justo lo que tiene la culpa de que sigas fracasando.

Que esto te sirva como única advertencia:

Tu apego a coleccionar «lo que parece funcionar para algunos» es justo lo que te mantiene cegado, confuso, disperso y lejos de lo que te funcionará a ti.

A ver si así te queda claro.

¿Tienes un objetivo? Entonces necesitas conocer lo que es pertinente para lograrlo, y quitar los adornos mientras te distraigan.

Si no lo consigues poner en perspectiva, no vas a triunfar en tu empeño.

Da igual qué consejos sigas. Da igual incluso que los hagas funcionar, porque su realidad seguirá siendo muy ajena a la tuya.

Pongamos un ejemplo de los que ponía cuando daba lecciones sobre seducción.

Cada vez que te arrugas al tratar con un desconocido no se debe a que seas un inútil con los temas sociales. Tampoco a que seas incapaz de relacionarte con las personas de tu sexo deseado.

Me da igual que te sientas poco ágil, que te escudes en la introversión o la timidez, o lo que sea. Para mí, es muy sencillo.

No puedes triunfar como deseas porque cada interacción con alguien te remueve emociones que no has explorado ni afrontado personalmente.

O cada nuevo propósito que persigues, de hecho. Esto lo digo cuando hablo sobre los negocios digitales, el emprendimiento online y todas esas vainas.

Evitarte a ti mismo impide que conectes adecuadamente con los demás, porque te tira todos los puentes.

Y en un mundo ideal eso no importaría; pero en este, a pocos les apetecerá remar hasta ti si lo haces.

Por supuesto, tanto tus hábitos como los ambientes donde te muevas te van a predisponer a evitarlo tanto como a mantenerlo.

De ti depende.

Cada vez que prefieres ir a un evento donde todos vistan su máscara y esgriman su discurso de ventas es una piedra más sobre tu tumba.

Tú lo que necesitas para triunfar es una visión más humana.

Una que pueda conectar con la situación en la que estás y ayudarte a llegar a la que deseas, pero mostrándote a ti. Expresando lo mejor que tienes. No convirtiéndote en otra persona enmascarada más.

Eso de vivir tras una careta solamente puede llevarte a una depresión. Y en los últimos años he ayudado a evitarlas o a salir de ellas a demasiada gente.

Si consigo lo primero contigo, mejor que lo segundo. Por eso este post.

¿Cómo afronto estos casos cuando surgen a mi alrededor o alguien me confía el suyo?

Me toca definir distintas maneras de triunfar aquí.

Por un lado, uno de mis objetivos es criticar y combatir la guerra de sexos (que no es, sino que nos viene impuesta). Para ello me propuse dar orientación socioafectiva. Y por otro, también combato el secuestro atencional y emocional de los timaviejas y vendedores de humo. Con lo cual doy orientación personal y laboral.

Uso consejos y estrategias para la autoregulación emocional, para comprendernos mejor a nosotros mismos y para mejorar las relaciones con el sexo deseado. También enseño disciplina positiva y soy uno de los impulsores de la psicología y la terapia narrativa en habla hispana.

Por ello hay mujeres (¡sorpresa!) y hombres que me escriben a diario en busca del elemento que les falta, o para descubrir si acaso ese que creen es realmente su problema.

Y en mis casos favoritos, me escriben porque andan en busca de claridad. De retirar lo que les sobra para poder triunfar como desean.

A todos, no me canso de decirles «tu problema eres tú, o más bien cómo gestionas tu vida»…

No puedes imaginarte la cantidad de gente que ha terminado con una depresión profunda tras ver colmado el deseo inicial que les trajo a mí, o directamente, a mis nichos.

Adultos hechos y derechos llorando y desconcertados, ya que (literalmente) se han ahorcado con lo que creían que era su propia cuerda de rescate.

Se han llevado un golpe por sorpresa y no comprenden el motivo.

Y para explicarles todo esto, la sabiduría popular sigue siendo útil.

¡Querer arreglar un problema que no es real te provoca varios que sí lo son!

Yo al principio me limitaba a señalarle a la gente por qué camino podrían ir tras ayudarles a conocerse un poco mejor, y a tener más claras las opciones que tenían para recorrerlo.

Sin involucrarme personalmente más allá de lo estrictamente necesario. Sin dar más allá de una opinión, debidamente fundamentada.

Y no me molestaba en decirle a nadie que no es lo mismo pensar el camino que recorrerlo.

Es decir, que no es igual pensar que sabes lo que necesitas que descubrirlo realmente sobre la marcha.

Tampoco se parecen el pensar que sabes lo que vas a conseguir por hacerte caso de según qué personas y consejos; que darte de morros contra ello y verlo en toda su gloria.

Sabiendo esto, comprenderás mi proceder actual

Prefiero redirigir a las personas hacia sí mismas, y conectarlas a una Comunidad. En concreto, a mi Comunidad Fluyendo cuando creo que les servirá y a las de mis amistades y conocidos cuando siento lo contrario.

En caso de mis servicios, no me limito a aceptar a cualquiera que pueda pagarme y sienta curiosidad, sin mayor profundidad que esa.

Por lo normal mantenemos una charla abierta y constante por las redes sociales antes de nada. Me interesa conocer sus intereses y antecedentes.

Dedico el tiempo a averiguar si son personas comprometidas consigo mismas y capaces de ponerse las pilas. Y suponiendo que sea el caso, pasamos a hablar de mis ofertas de acompañamiento educativo.

A partir de ahí sucede la magia.

¡Lo mío es una Comunidad de Aprendizaje!

No es ni entrenamiento, ni adiestramiento, ni adoctrinamiento.

Yo estoy presente, y el resto del grupo también; pero es cada persona la que sigue su camino. Y nosotros la acompañamos, no la reemplazamos.

Por mi parte, me dedico a cuestionar, desafiar, contradecir, abrir el foco y presentar opciones. Y sobre todo, animarte a buscar tu propia respuesta.

No a través de preguntarme a mí, sino creándola por tu parte.

Tu punto de vista no debe depender de mis impresiones ni de lo que yo opine. Eres tú quien vive tu vida y debes ser responsable de ella.

Además, debo admitir que parte del trabajo no es nada grato. ¿Por qué, preguntas?

Porque no nos escondemos del Lado Oscuro.

¿A quién le gusta enfrentarse a sus miedos, a sus inseguridades y a todo lo que niega de sí mismo?

Es como si disfrutaras de abrir las cañerías del fregadero o el pozo negro de casa y meter la mano a ver qué sacas. ¡Pero es lo que toca si no quieres inundaciones por atascos!

Y te la cuento peor todavía, ¿a quién no le jode lidiar con todas las personas que te critican por intentar ser feliz contigo mismo?

Porque sí, hay quien ha llegado a una triste conclusión… Que no podemos ser felices siendo auténticos, y en vez de eso tenemos que intentar encajar en sus moldes a costa de nuestra propia integridad.

O eso es lo que piensan algunos. Y quizás únicamente porque ellos tuvieron que encajar para poder salir adelante.

Por esto manejo el concepto de Alquimia Interior…

Por esto es por lo que vemos tan pocas personas triunfar y ser realmente exitosas en el mundo.

Cualquier persona que esté viviendo bajo sus propias reglas y haya asumido del todo la responsabilidad que conlleva, ha pasado por esto ya. Y me dará la razón.

Lo importante aquí es que sepas crear conexiones con sentido. ¿Por qué? Pues porque son la clave para encontrar menos resistencia al cambio.

  • Si le ven el sentido, algunos comprenderán lo que haces y te apoyarán, incluso si eso significa que destaques por encima de ellos.
  • Y otros, quizás incluso aquellos que más quieres si no te comprenden, te pisarán la cabeza si la sacas por encima de la masa.

Eso último es jodidamente problemático. Es casi como tener la sensación de salir del vientre de tu madre mientras hay fuerzas empujando para mantenerte dentro.

Aunque, por suerte para ti, puedes superar eso. Te cuento cómo.

Para vencer las resistencias y triunfar a toda costa, tienes que emplear tu verdadera fuerza

¿Y qué es la verdadera fuerza?

Esa que viene de los mayores y más complejos desafíos emocionales, donde debes tomar la decisión firme de honrarte y responsabilizarte.

No de la cantidad de personas que te crean cuando muestras una fachada o una máscara nueva. Tampoco de la cantidad de seguidores que tengas en tus redes, en tu lista de correos, en tu página web o en tus grupos de Facebook. Ni de la cantidad de ventas que consigas de tus infoproductos, tus cursos o tus mentorías.

Cualquier persona que se mueva bajo este interés (el de parecerle atractivo, socialmente hábil o aceptable a la masa) lo lleva crudo.

No sólo porque necesita madurar, sino porque al difundir ese ideal tan tóxico, no tardarán en pasar de su culo.

Se precisa de un amor propio a prueba de gilipollas, que sea asqueroso y envidiable a la vez

Hay una ventaja táctica de la que gozan todos los auténticos:

Una persona que se arriesga a todo con tal de afirmar aquello en lo que cree, no siente la necesidad de demostrarle nada a nadie.

Alguien auténtico se limita a ser quien es, y mostrarse tal cual. Sin más.

Y así, los demás pueden conocerle mejor y tomar decisiones informadas sobre lo que puede aportar a sus vidas.

Así es como la autenticidad se ganó su poder afrodisíaco. Así es como los demás te darán una validación meritoria.

¡Pero este camino para triunfar no está exento de responsabilidad personal!

Como Pedagogo y educador, creo en el desarrollo personal y profesional.

En mi faceta de librepensador, creo en la responsabilidad frente a (y respecto de) uno mismo.

Como canalla y tocapelotas, creo en la transformación y en sus incomodidades.

Y la transformación implica un toque de violencia, en el sentido de que habrá conflictos.

Así es como funciona la transformación personal…

Crearemos ideas y actitudes, y abandonaremos o destruiremos otras. Habrá mucho caos por un tiempo. Y al final, surgirá la claridad. Tras esa tormenta, una vez llegada la calma, permaneceremos nosotros.

Lo que no pienso ponerme a crear es una legión de personas confusas y eternamente indecisas. Nada de zombis que se mueven sin pensar, porque ni se conocen ni son capaces de definir y decidir su rol en este mundo.

Y paso todavía más de sumar a su confusión una lista de técnicas y herramientas que supuestamente les aportarán felicidad… En vez de atender a las razones reales de esa falta de felicidad.

Que, irónicamente, muchas veces está en hacer las cosas para que a otros les parezcas una persona de bien… En vez de lo que te hace bien a ti.

¿De verdad necesitas esa validación?

Toma un tiempo para observar con seriedad y atención tu propia vida, en todas sus facetas.

Tu vida es un reflejo directo de lo que sientes por y sobre ti… Y sobre lo que te das permiso para tener y ser.

Sergio Melich, 2017

¿Coincide con tus ideales, o es un derivado de lo que las circunstancias y las presiones externas obligan y exigen?

Hazte esa pregunta y responde con sinceridad, o por favor, vete a tomar por culo y no vuelvas a leerme nunca más.

No quiero alimentar ni alentar a un público irresponsable.

No me contento con las medias tintas nunca más.

Si no te da la gana de sacar la basura y comprometerte por completo, no quiero saber nada de ti.

Ahora bien, si estás en el momento de buscar tu claridad, soy todo tuyo.

Y si no te decides por una cosa o la otra, mantente en el grupo de los que todavía no tienen la fuerza necesaria para dejar de huir de su vida.

El primer paso para triunfar en la vida es perderle el miedo a vivir tu vida tal como es en cada momento.

Si te asusta, acéptalo y hazte cargo. No te desentiendas. Afróntate a pesar del miedo, y si tienes que cagarla, pues equivócate.

Después, corrige el rumbo basándote en tus errores; y después empieza a triunfar.

El primer paso para triunfar en la vida es perderle el miedo a vivir tu vida tal como es en cada momento.

Sergio Melich, 2017

Si tienes que gritar o romper algo, hazlo. Si lo intentas con mi cara, no te prometo que no te lo devuelva. Un cojín no devuelve los golpes.

Tienes todo mi permiso y mi apoyo para sentirte como sea que te sientas.

Pero no es mi permiso el que necesitas, sino el tuyo.

Especialmente para no reprimir tus emociones. Yo también he estado en ese pozo, y si me apuras, en una de las capas más bajas.

Por eso, quizás tenga mayor sentido y peso cuando te digo esto:

Debes aprender a sostenerte y apoyarte por tu propia mano. Todo lo demás es poder prestado, nunca personal.

No vuelques tu inestabilidad emocional en los demás. Es tu responsabilidad lidiar con ello por tu cuenta, tanto como seas capaz.

Esto no significa que no compartas tus problemas si es necesario, sino que no te conviertas en un parásito emocional.

Aquel que busque triunfar, que gobierne primero sobre sí mismo.

Aprende a estabilizarte por tu cuenta. Después, una vez que tú lo has afrontado puedes compartir tu experiencia con los demás desde una postura firme.

Es únicamente responsabilidad tuya afrontar tus emociones. Hace muchos años que dejaste de ser un bebé, por mucho que todavía puedas beneficiarte del apoyo y del cariño de los demás. Pero eso no te purifica.

La catarsis emocional no es contarlo y ya.

Siente las emociones que portas, y déjalas aflorar. Dales su espacio, ponlas en perspectiva y usa su información para orientar tus próximos pasos.

De ahí es de donde nace la extraordinaria combinación de vulnerabilidad y fortaleza.

No podría contar las veces que me he reconocido a mí mismo en una historia, en un momento dado… O me he mirado al espejo… O he pensado en mis actos… Y he terminado llorando.

Algunas veces incluso con velones, hipidos y rojeces. Pero fui capaz de permanecer en esos momentos y afrontarlos de la mano conmigo mismo. Y más importante, pude darme cuenta de que no me pasa nada malo.

La frustración y la tristeza se acumulan si no las dejas que salgan… Dejas que escapen y encuentras alivio. Sin más. Te sientes brutal después de ello. Reconectado contigo mismo de una forma indescriptible.

Llorar es algo que se condena socialmente, especialmente si eres un hombre… Aunque no recomendaría desestimarlo, por su tremendo poder.

Una vez rotas las cadenas…

Cuando la persona está dispuesta a afrontar la experiencia, hablamos brevemente acerca de qué le gustaría lograr, y de su relación con su vida.

Los problemas reales afloran bastante deprisa. Su propia presencia se empeña en demostrar aquello que falla.

Para mí, es esta la mejor de las cosas que consigo: crear un espacio donde ser uno mismo sea tan natural y tan aceptado que sería ridículo no serlo.

Este primer paso permite avanzar.

El resto del proceso va de sacar lo que llevamos dentro y de mejorar en lo posible. Comienza observando atentamente y trabajando esos asuntos.

Nos toca entrar en acción, ¡pero no como pollos sin cabeza!

Hay que comprender los conceptos de virtud y pertinencia. Esos son los que nos ayudan a mantener una disciplina positiva en nuestras vidas.

A partir de ahí, cuando la persona conoce por su propia mano aquello que le aqueja y las opciones que tiene para resolver la situación, nos vamos al aspecto de celebrar la belleza de la vida.

Esta parte es la que fluye más fácilmente, ya que nace de nuestra apreciación natural por las cosas que vivimos y la gente con la que compartimos… Y no de la búsqueda de resultados concretos.

No es tu deber enamorarte de otra persona tal cual. Si no estás sintiendo un amor por los demás que existe de serie, te toca investigar por qué y limpiar el atasco.

Lo que sí debes hacer es enamorarte profundamente de tu propia persona.

Tal y como lo hace una pareja tradicional, pero contigo mismo: aceptando los cambios y las diferencias, apoyándote en los momentos de fragilidad y flaqueza, formando vínculos de nutrición y respeto.

Guíate a través de tu propia tormenta, y emergerás renacido y bautizado…

Como un ser humano que no necesita aprender a ligar, a venderse bien o a manipular a otros con experimentos para triunfar.

Serás alguien con una vida digna de ser vivida y compartida.

Grábate esto bien:

Una persona auténtica no necesita de recursos desleales porque está demasiado ocupada viviendo la vida y disfrutándola a su manera.

Y no necesita trucos ni rollos raros para llamar la atención de los demás, porque su vida ya lo hace sin más esfuerzos.

Deja lo demás para los inmaduros. Pronto se les termina el chollo.


Cúentame: ¿qué consejos has seguido este año? ¿Cómo te ha ido con ellos?

También me gustaría saber tus mayores triunfos y tus mayores cagadas, cómo no. En especial si han tenido que ver con buenos o malos consejos… ¡Y más todavía si alguno era mío!

Publicaciones Similares

30 comentarios

  1. Hola, Sergio

    Desde muy pequeña, soy bastante independiente en todo: decisiones, forma de vida, compromisos formales o no formales, profesión, etc.
    La vida en sí misma, presenta día a día, un abanico de posibilidades, tanto buenas como malas, pero no creo que exista un detector para saber qué debes determinar o decidir en cada momento. A mí me ha ayudado mucho mi intuición, creo que es una cualidad que se ha ido aguzando con el paso de los años y sí, también me he equivocado pero nunca he culpado a nadie de mis propios errores ¿por qué?, porque a la edad que tengo hoy en día, y los años que no tenía cuando era joven, me llevaron a aprender lo que he dicho antes, las decisiones son personales y los errores que surgen de ellos también.
    A día de hoy, he ido haciendo una camino sembrado de momentos buenos y no tan buenos, creo que el lugar donde me encuentro hoy, es justo en el que quería estar, no busco notoriedad, busco tranquilidad y ser feliz con lo hago.

    1. ¡Está genial saberlo! Y más genial todavía vivirlo. Es complicado encontrarse eso en una cultura que adora echar balones fuera.

      Me parece interesante que le des un papel tan potente a tu intuición y que te sientas a gusto con tu momento y tu proceso. Es otra de las cosas complicadas de encontrar en una sociedad que impulsa la insatisfacción crónica para mantener vivo el consumo.

      Un abrazo y bienvenida siempre que gustes.

  2. De casualidad he encontrado tu blog y antes que nada decirte que me ha parecido una maravilla. Me ha gustado mucho la elaboración de los post. Y estoy de acuerdo contigo con el pensamiento de que debemos ser siempre nosotros mismos.Debemos ser auténticos para poder lograr nuestras metas.

  3. Hola, me parece bastante interesante, todas las cosas que comentas, muchas veces nos ahogamos en nosotros mismos sabiendo que lo estamos haciendo mál, pensando que en algún momento alguien vendrá a rescatarnos, pero solamente nosotros podremos encontrar la salida!!!❤️ gracias por esas bonitas palabras que compartes en este post

    1. La gracia está, Mónica, en que hay tanta gente queriendo sacarnos de dentro de nuestra propia mierda que parece que somos nosotros los que nos empeñamos en mantener la cabeza dentro… Je.

      Aunque no siempre quieren sacarnos de verdad del tema, sino que a veces no hay un problema y nos intentan hacer ver que sí. Otras veces el problema es real y les conviene más que sigamos dentro para generar consumo de algún producto o servicio. Así que al final, es justo lo que dices: nos toca mirar por nosotros mismos y cuidarnos, ver dónde hay problemas reales y cómo podemos resolverlos (no parchearlos, sino arreglarlos).

      Gracias a ti por pasarte y dejar un comentario, y bienvenida siempre que gustes.

  4. Yo creo que todos queremos triunfar en la vida, en nuestras relaciones y en todo lo que hacemos, sin embargo nos saboteamos de muchas maneras, por muchas razones: miedo al éxito, miedo al qué dirán, tanto si lo logramos como si fracasamos. El asunto es que cuesta mucho triunfar, pero no porque el camino sea difícil, no porque mucha gente esté en lo mismo, sino porque nosotros debemos hacer un gran trabajo de cambio de mentalidad para que esto sea posible a la final.

    Buena reflexión como siempre, sacándonos de nuestra zona de confort 🙂

    1. Cuánta razón tienes, Diana… Sobre todo en cuanto al tema de los sabotajes.

      Y una de las maneras en las que más nos saboteamos es algo así como tratar de imitar el éxito de otros en vez de construir el nuestro, a nuestra medida. Es como vestir ropa heredada: por más arreglos que le hagas, nunca la vas a sentir tuya.

      Quizás por eso es por lo que nos toca tanto cambio de mentalidad, ¿no crees?

  5. Jajaja, me gustan las personas polémicas que van de frente. Que cantidad de información me has dado en este post!!!
    Solo comentarte que soy bloguera novata en el Blog que escribo actualmente. Ya antes probé y después de casi quedarme sin pelos, jajaja, fracasé estrepitosamente.
    Ahora con este nuevo proyecto hablo de lo que se, de lo que soy. Lo hago como quiero y disfruto haciendolo. No se si gusta o no. Si tendrá éxito o no pero lo que si se es que me gusta.
    Qué te parece??

    1. Me parece más que genial, Karina… Despacito y con buena letra, a tu ritmo y a tu gusto. Como decía Cyril Connolly, mejor escribir para uno mismo y no encontrar público que lo contrario. Mientras lo disfrutes, te quedarán ganas de aprender lo que necesites para hacerlo un poquito mejor cada vez. Desde ahí solamente queda fracasar todas las veces que puedas, pero con estilo. 🙂

      Bienvenida siempre que gustes.

  6. Sergio un gran post como siempre nos dejas reflexivos y con información para aplicar en nuestros proyectos, nuestro camino para que nuestras metas se logren y como triungar a través de nuestro propio autocontrol (o gobierno jaja)

    Me encantó tu frase sobre el arriesgarse y no demostrar nada a nadie…me la apunto (super tweet)

    1. ¡Hola de nuevo Masha!

      Efectivamente, en esta moda que es el emprendimiento online y el exponerse en público para crear una marca personal; creo que es mejor no intentar demostrarle nada a nadie y tratar de ser siempre la expresión más honesta y auténtica de uno mismo. Es un riesgo que vale la pena. 😛

      En cuanto a la información aplicable… Pruébala y me cuentas. 🙂

      Bienvenida siempre que gustes.

  7. Hola Sergio, me fascinan los artículos en los que lo más importante es recuperar la autoestima, quererse a uno mismo, etc. Aunque con la edad y la experiencia, gran parte de nuestra personalidad está bajo control, conviene ahondar en ello, y recordarnos, como bien dices, que tenemos que enamorarnos de nosotros mismos. Es imposible querer a nadie si no nos queremos primero a nosotros. No sé qué decirte, porque toca escucharte y leerte y aprender, me siento rara opinando, porque qué te voy a decir yo a ti, si tú eres el que ha expresado perfectamente la realidad del ser humano. Chapó!!!

    1. Yo solamente le echo morro y me avengo a decir lo que muchos pensamos; eso que nos cuesta soltar por miedo a quedar como pretenciosos, o qué sé yo… Intento que no se note, pero la verdad es que tiro de ese repertorio. 😛

      Bueno, de eso y de lo que sentimos realmente, lejos de lo que podría estar metiendo en vuestras cabezas. Prefiero que le demos chichilla a eso de la autenticidad. 🙂

      Encantado de la vida si decides quedarte por aquí, seguirme y comentar a menudo. ¡Gracias y bienvenida siempre que gustes!

  8. Hola!
    A mi me encantan tus post porque siempre nos haces reflexionar sobre la vida misma, asi que aquellos que sólo te escriben para quejarse es porque son infelices y necesitan echarle la culpa a alguien.
    A veces nuestros miedos pueden jugarnos malas pasadas, pero es muy cierto que cuanto más luchemos por aquello que creemos y con paciencia, vamos a poder hacer muchas cosas positivas que nos hará bien.
    Un beso grande y ¡Felices fiestas!

    1. Bueno, si tanto necesitan echar la culpa a alguien, que lo hagan… Otra cosa es que eso les resuelva algo jajaja

      Para mí el truco está en no echar balones fuera siempre que se pueda, incluyendo los miedos, las dudas y los tropiezos. Si son nuestros, mejor asumirlos y respetar que estamos en un cambio constante. Así podremos orientarnos mejor en hacer cosas agradables, necesarias y sí, positivas. 🙂

      Besos y felices fiestas para ti también, y ya sabes: bienvenida siempre que gustes.

  9. Tienes muchisima razon, me encanta encontrarme post de este tipo me motiven a seguir adelante, la vida es dura, y aveces es muy facil tirar la toalla hay ue superar los obstaculos y seguir adelante hasta llegar a nuestros objetivos, agradecerte ue hayas escrito este post me viene muy bien siempre un poco de motivacion.

    1. La motivación no es más que tener motivos para actuar, y nada mejor que encontrarlos en los lugares más insospechados. 🙂

      Bienvenida siempre que gustes, pues aquí siempre habrá textos de este y de otros tipos que te seguirán motivando (y también te animarán a cuestionarte un par de cositas).

  10. Entiendo que lo que propones es vivir nuestra propia vida y no la de otros basándonos en su éxito o sus fracasos y desde luego es así como intento vivir la mía. No envidio a nadie porque cada persona tiene sus momentos y vivo como mejor puedo o como mejor me parece en cada momento. Obviamente siempre con sueños y objetivos pero tampoco me obsesiono y más desde que falleció mi madre después de una durísima enfermedad. Para mí esas cosas te enseñan mucho en poco tiempo y hay que tomarlas como otro aprendizaje más aunque nadie quiera hacerlo así. Muaks

    1. Y ahí es donde estás acertando de pleno, Vanesa.

      Cuesta más andar por la vida sin compararse y sin pedirte lo que tiene el vecino sólo porque tú no quieres ser menos… Aunque también recompensa más. La tranquilidad es impagable. Y la libertad de decidir por ti misma cuáles son tus aspiraciones y cómo tratarás de darles vida, también.

      Un abrazo y bienvenida siempre que gustes.

  11. Hola Sergio!!!
    Creo que todos queremos triunfar en la vida, el problema es que nos venden una idea de lo que es triunfar que es totalmente irreal y no produce más que frustraciones e infelicidad.
    Para mí, por ejemplo, triunfar es hacer lo que me apetece, decir lo que me apetece y estar con quien me apetece; poder vivir de lo que me gusta y cómo a mi me gusta, sin dañar a nadie y que nadie me dañe a mí y en ese sentido me siento una triunfadoray creo que a ti te paso un poco lo mismo.
    Feliz Navidad!!!

    1. ¡Hola hola Penny!

      Ante las ideas que nos venden para triunfar, podemos contraatacar definiendo nuestro propio sentido del triunfo, como muy bien acabas de hacer. Nadie sino tú puede construir el pack ideal para ti. 🙂

      Y sí, yo también me siento bastante triunfador con todo lo que he conseguido hasta ahora, que no es poco y crece cada día. 😛

      ¡Felices fiestas y feliz año a ti también!

  12. Hola, espero estes muy bien.
    Como no se si se grabo mi comentario anterior lo vuelvo a hacer.
    Te decia que sin duda Triunfar y lograr el exito, en mi opinion, equivale a ser honestos con uno mismo y a trabajar en conseguir esas metas.
    De esa forma ese triunfo sera autentico y lo sentiremos con mucho valor.
    gracias por la entrada.
    besos

    1. Qué razón tienes… Trabajarlo en vez de buscarle atajos y requiebros. Así es más nuestro. La honestidad es más ingrata a corto plazo pero en el medio y largo demuestra su valía.

      Besos para ti también y bienvenida siempre que gustes.

  13. Está claro que la meta de todos, aparte de ser felices, es triunfar en todo lo que nos propongamos. Pero cuando te vas llevando palos al final terminas pensando que con seguir adelante vale. No conozco esos cursos que comentas, pero supongo que se basen en casos concretos y no estamos cortados por el mismo patrón ni deberían decir que si haces lo mismo que ellos te va a ir bien, porque no es así y tampoco deberían creerlo. Y tienes mucha razón cuando dices que no necesitamos la aprobación ajena, simplemente actuar con cabeza y crear nuestro propio camino, saludos!

    1. La intención nunca es cortar a todos por el mismo patrón, Paula. En ciertos cursos sí, claro… Porque es más fácil y más conveniente.

      Pero donde yo me muevo, la idea es poner a la gente en un contexto común y que cada uno refleje las cosas que va viviendo y las comparta con el grupo. Cada uno expresa su propia realidad en base a unos principios que se consideran comunes.

      Por eso me parece súper compatible lo que dices con lo que cuento. Los palos vienen en el paquete, pero ya se sabe que es porque despuntabas por lo que te llueven martillazos. Tú no te dejes hundir y listos. 😉

      Un abrazo y bienvenida siempre que gustes.

  14. Estoy totalmente de acuerdo contigo debemos ser nosotros mismos para cumplir nuestras metas y ser personas felices, no podemos guiarnos por la sociedad, soy de las personas que cree que debe hacer todo lo que le provoca y luchar por eso porque sino en algún momento me puedo arrepentir!

    1. La sociedad como contraste está bien, Diana; pero la hoja de ruta siempre es mejor trazarla uno mismo.

      Compartir, debatir, dialogar, construir aprendizajes y todas esas cosas que son sociales nos permiten explorar lo que llevamos dentro, expresar nuestra esencia, nutrirla y conseguir que aflore. Si lo hacemos como es debido, no hace falta luchar para hacer todo lo que nos apetece; ya que nos sale espontáneamente. 🙂

      Eso sí: cuida de no rechazar partes de ti misma porque las veas también en los demás… Y todo perfecto. 😛

      Un abrazo y bienvenida siempre que gustes.

  15. Al final todos concluimos que la felicidad, el triunfo personal, radica en ser uno mismo, rompiendo los patrones que nos quieren establecer, es cierto que muchas veces por nuestra visión, no seremos del agrado de todos, pero la verdad sea dicha, no podemos vivir haciendo felices a los demás, arriesgando lo que nos llena a nosotros como personas y profesionales. Todo depende de cada uno.

    1. Karina, para algunos la felicidad es exactamente eso del ser uno mismo… Aunque para otros es simplemente poder comerse otra fresa más, despertar un día más o algo por el estilo.

      Tengo la impresión de que todo este autodescubrimiento exacerbado en el que nos metemos por estar en la década del desarrollo personal no nos ayuda a estar a gusto con nosotros mismos sin más. Siempre hay algo que rebuscar, que trabajar o que resolver. Y no me gusta que anden siempre puyando el burro con esas cosas. Es como si quisieran crear una sociedad de gente perpetuamente descontenta y dudosa de sí misma.

      Sobre lo de arriesgar lo nuestro por estar siempre complaciendo al resto, coincido contigo.

      Un abrazo y bienvenida siempre que gustes. 🙂

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *