No vivas para morir

¿Tu vida es una batalla contra el tedio, la apatía y la desidia? Todo apunta hacia una razón desoladora, pero divertida.

No son pocas las voces que se unen para sugerirte una solución sencilla, que se basa en buscar algo que ames y darle un lugar en tu vida. [piopialo]Antes de tomar antidepresivos, comprueba si te faltan amantes.[/piopialo]

Jorge Bucay diría que el término amante no se limita a esa persona que comparte tu lecho, sino que involucra todo aquello que te inflame de pasión. Suya es esta cita:

[piopialo vcboxed=»1″]»Para estar contento, activo y sentirse feliz, hay que estar de novio con la vida». [/piopialo]

¿Te recuerdas declarándote amante del baile, de las palomitas con caramelo, del frappucino de Starbucks o de las escenas de botitas en las novelas e historias de ficción? ¿O más bien dijiste que te apasiona el aeromodelismo, los deportes extremos, vagabundear por el mundo en plan mochilero, o ser un Frank de la Jungla sin programa de televisión?

Viktor Frankl diría que todas esas cosas que amas o te apasionan valen para otorgar a la vida un sentido, y permiten elevarse de la mera supervivencia al goce de vivir y a la persistencia de nuestra identidad. En su texto, hace de la búsqueda del sentido un pilar central de su supervivencia en los campos de concentración nazis. A su salida creó la escuela de la Logoterapia, que se centra en el uso del sentido y su poder impulsor y transformador para lograr la catarsis.

No es una cita suya sino de R.A. Salvatore, en una de sus novelas de la Leyenda de Drizzt Do’Urden, la siguiente:

[piopialo vcboxed=»1″]La pregunta «¿Qué sentido tiene?» es la más insidiosa y destructiva de todas.[/piopialo]

Con lo cual ya son dos psicólogos y un novelista los que nos están invitando a darle un sentido a nuestra vida. Algo que insufle un ardor en nuestro pecho y nos consuma, pero al mismo tiempo nos haga florecer y dar fruto.

Marga es la vida del que no tiene pasión alguna. Solamente peor llega a ser la de quien traiciona sus pasiones por cuestiones fuera de lugar, externas y (en vasta mayoría) ridículas. [piopialo]¿Desde cuándo «crecer» significa dejar de amar lo que me alegra la vida?[/piopialo]

Y mejor todavía es la pregunta siguiente: ¿qué me importa a mí lo que tengan otros que decir sobre lo que me hace feliz? Nada salvo para compartir, en principio. Siempre que no le haga daño a nadie ni sea autodestructivo, intentar convencerme de abandonar esas experiencias es atentar contra mí. ¿Y contra ti?

Lo mismo reza por nuestros sueños, que son otra manifestación de lo anterior. No en vano le dice Will Smith a su hijo en cierta película que no deje que nadie, ni siquiera él, le convenza de abandonar sus sueños o de que no puede lograrlos.

Tal vez sueñas con publicar un libro, pero lo tuyo es el arte… Quizás eres una promesa de cantante estrella que no se atreve a entonar en público… Son dos casos que he conocido personalmente. El primero corresponde a Sara Arias y el bello mundo de las Cofiposas y otras mariposas, pero el segundo ya me pilla más retirado. Hablo de Christopher Maloney, un señor que participó en The X Factor UK hace dos años (teniendo entonces 34 años de edad y sin haberse expuesto a un gran público en su vida entera), cuya audición para el concurso acumula cerca de 21.500.000 visitas en YouTube a fecha 24 de septiembre de 2014. Puedes ver su actuación y conmoverte aquí:

[youtube:»https://www.youtube.com/watch?v=k1T9-I3wx8I]

Estuve en la presentación del libro de Sara, invitado por ella… Y ahí hubo un flow muy especial (¡incluso me animé a subir a contar un relato en el micro abierto!). Ya comenté en Facebook que fue impresionante ver a Sara tan apoyada y arropada por mayores y niños, pues su obra no discrimina edades. Quise y quiero más ocasiones así.

Respecto a Cristopher… La única razón de que no ganase, fue que el público prefirió poner por delante a James Arthur (al que seguro que conoces por ser el que versionó el tema Impossible de Shontelle); pues al parecer la música le salvaba de todo el caos y la violencia en su vida. Sin embargo, a mi juicio se lo curró mucho más Christopher, que no sólo tuvo que lidiar con no haber cantado nunca en público, sino que no repitió canción durante todo el concurso. Y hasta donde puedo saber, James pasó la audición, la semifinal y la final con la misma (el tema versionado).

En cualquier caso, ambos (y Sara, por supuesto) son buenos referentes para inspirarte y creer en lo que puedes lograr.

Así pues, te dejo decidir a qué baza te la juegas…

Por mi parte, no me vale con sobrevivir o ir tirando.

Bien… Tú hablas. ¿Qué va a ser?

## Imagen destacada: mis cuatro libros fotografiados por una lectora. Su apoyo incondicional me sirve de muestra para defender que, además de todo lo bueno que ya se dijo, la pasión es tan contagiosa como la gripe. Y por supuesto, hay más en el horno… 😉

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