Noveno error: Caer en las comparaciones

Con este seré breve, claro y conciso. No hay mucho que decir.

Este sin duda es peligroso… Y puedo afirmarlo por propia experiencia. Es capaz de cargarse todo lo que hay entre dos personas y llegar a crear tensiones entre las mismas. Incluso caer en malinterpretar al otro.

A nadie le gustan las comparaciones. Quizás no se tenga esto en mente cuando mencionas que la otra persona te llamaba más, te buscaba a todas horas, te mandaba mensajitos todo el rato, te daba toques al teléfono

En definitiva, no te dejaba respirar sin estar encima de ti. Y sin embargo debido a la costumbre llegas a odiar que otra persona no haga esto y caes en decir y comparar.

Y se llega incluso a decir, indirecta o directamente, incluso a la cara, él/ella era mejor en esto, el hacía esto conmigo/por mi, me daba esto y aquello… Y millares de cosas más que, con la mínima de las empatías, nos daríamos cuenta de que sienta FATAL.

Cada quien es como es. Cada relación, también.

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Un comentario

  1. Si hay sentido común no se cae en este gravísimo error. Todos podemos equivocarnos en alguna ocasión -aún así, pienso que en este caso es falta de madurez o gilipollez supina-, pero las comparaciones en abierto sólo pueden aportar negatividad. Y digo «en abierto» porque después, cada uno en su interior, consciente o inconscientemente, ya comparamos lo suficiente.

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