La certeza del éxito en las labores de asesorar y enseñar

Hoy, como tantas otras veces, me encuentro dando respuesta a una pregunta que incluso yo mismo he llegado a plantearme… Esta vez la pregunta que me hago es acerca del hecho más revelador sobre el efecto y el éxito de algo o alguien que pretende servir de ayuda.

Una de las conclusiones a las que llego es que el signo más revelador es que cuando ha surtido efecto no se necesita más y no es necesario que ésta continúe. Aquí puede suceder un montón de situaciones diferentes en las que cada cual se justificará como quiera el continuar recibiendo ayudas o prestando atención al preceptor de dicha ayuda…


Algunos dirán que les apetece estar al tanto de posibles novedades de utilidad para ellos mismos. Otros que tienen afecto y simpatía por esa persona o equipo. Habría unos terceros que señalarían que siempre pueden encontrar algo diferente e interesante para si mismos si continúan… ¿Os suenan esas afirmaciones? Bien, aunque no deberían.

Personalmente pienso que todo esto se justifica con una sola alusión: coach-dependencia. Así de tajante lo digo. Dependencia, en efecto… Pero, ¿por qué dependencia? Bien, si me preguntan a mi lo que yo respondería es que, en todas las formas de ayudar en la vida, cuando dicha ayuda no es necesaria se retira. Cuando no necesitamos la muleta usamos de nuevo la pierna que se estaba recobrando de la lesión.

Cuando nos hemos curado, nuestro médico nos da el alta. Cuando hemos entendido la explicación y sabemos aplicar el conocimiento, nuestro profesor deja trabajo en nuestras manos para que no lo olvidemos y tan sólo resuelve dudas.

Por tanto, tengo la impresión de que no sólo ocurre que algunos señores disfrazan de ayuda algo que no tiene esa utilidad sino que, incluso a propósito, está orientado a crear esa dependencia de más ayuda por su parte para generar el consumo de su material, sus talleres y seminarios; y estar al pendiente de sus publicaciones y apariciones.

Hay quien en este punto me hablará de fidelización… Y yo le hablare de finalidades realizadas. Cuando has logrado tu finalidad, la necesidad que te urge a la demanda desaparece. Este hecho me encamina hacia la deducción de que no funciona como debería según se nos promete o directamente no funciona en modo alguno.

Nuevamente, alguien intercederá para hacer apología de estos temas.

Dirá que tiene sus cosas buenas, que puede servir de ayuda a varias personas y abrir los ojos a varios otros y blablabla. Es entonces cuando yo me referiré al holocausto nazi y a las acciones de Hitler. Fue un hombre brillante, buen estratega, muy carismático y capaz de infundir el fervor y la pasión en las personas que lo escuchaban.

Fue de ese modo como logró su ascenso al poder y estableció el tercer Reich. De hecho su propósito no era otro que el de levantar el país alemán… Cosa que consiguió en apenas 10 años. Pero, decidme si os atrevéis que eso justifica la persecución sistemática, tortura, encierro, masacre y esclavitud de todo el que se le opuso. Ya no solo las acciones antisemitas, sino la conquista de territorio para expandir su gobierno, la modificación de conducta en las personas para infundir creencias ariosóficas, racistas y violentas al pueblo… De hecho comenzando con aquel proyecto de las juventudes hitlerianas.

Todo esto acabó por conducir a la Segunda Guerra Mundial… Aunque no soy muy bueno en historia y es posible que me equivoque y que incluso esté confundido con todas las veces que he escuchado discusiones entre mis amigos sobre este tema, que son más entendidos en la materia y tienen gusto por la historia bélica del mundo y la historia en general.

Bueno, de toda esta historia deducimos que enmascarar las partes malas y hacer exaltación de las cosas buenas no va a hacer mejor ni más bonito algo que es perjudicial, calamitoso, deplorable o inhumano. Tal vez estemos de acuerdo en esta afirmación.

Y por tanto, para finalizar mis reflexiones al respecto ofrezco una máxima de los japoneses. Hay una doctrina que dicta lo siguiente: «Acoge a los que vengan a ti, mas no persigas a los que se marchan«.

Esta máxima implica que maestros y alumnos están mutuamente al cuidado unos de otros y que el maestro acepta la libertad de decisión de su pupilo y su capacidad de autogestión, asi como su voluntad de continuar el camino por otras sendas… Y expresa que lo deja marchar con su amor y gratitud por haber compartido el tiempo y las enseñanzas, con total libertad para regresar si un día lo desea o lo necesita. Con ilusión por verle crecer y obrar en él los cambios que desea para sí.

No obstante, también se sentirá orgulloso si su pupilo no vuelve a necesitar su ayuda y se convierte en un par. Y lo acogerá de igual modo, abiertamente tanto si desea acercarse como si su deseo es alejarse.

De esto último se puede decir que yo lo traduje al plano personal y lo aplico en mis relaciones con todo el mundo. Sorprende ver que quien guarda un buen recuerdo, agradable y cargado de buenos sentimientos y emoción… Termina por regresar si guarda aprecio por dicho vinculo.

Como se suele decir… Aquellos que deban estar lo harán, aquellos que deban volver regresarán en su momento, y aquellos que se deban marchar, quieran marcharse o no vuelven… Están siguiendo su propio camino, que tal vez os cruce de nuevo o tal vez os separe para siempre.

Pero una vez más, quien debe o desea permanecer, si se ha marchado vuelve y si no lo ha hecho simplemente dura cerca. Quien no debe o no lo desea, eventualmente se alejará llegando incluso a desaparecer temporalmente o para siempre.

Voy a dejar algunas conclusiones en abierto… Y ante todo os invito a reflexionar la correlación entre esto que acabo de mencionar sobre los que quedan y los que se marchan… Y aquello primero sobre las ayudas y su vida útil y continuidad.

Hay muchas otras posibilidades para reflexionar, desarrollar y continuar bien sea en comentarios o en el foro, y espero que vosotros, queridos lectores, no me defraudéis.

Las señoritas lectoras por otra parte, pueden aportar aquí poderosas y muy beneficiosas opiniones, asi pues animo doblemente a cada mujer que pase por aquí a dejar su huella.

Abrazos, mis queridos condiscípulos.

Kheldar

PD: en ocasiones, me veréis ejercer al tiempo de maestro y de aprendiz. Aprenderé sobre vosotros y sobre aquellas cosas que podáis aportar y descubrirme, sobre el mundo y las personas… La actitud, las relaciones, la personalidad… Y la vida. Que os comunico los mismos descubrimientos que yo hago y los transmito es lo que de una manera peculiar hace que algunos me vean en la figura del maestro.

PD2: en efecto, no he tenido en cuenta las ocasiones en que se decide dejar la relación de ayuda y se establece una de amistad o de cooperación mutua. Pero tanto tú como yo sabemos  que no es lo más frecuente, aunque no deja de ser posible.

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5 comentarios

  1. Quizá será porque mi relación con mi novia terminó hace escasas tres semanas, pero a mí el escrito más que sobre aprendices y maestros me ha dado la sensación que hablaba sobre relaciones de cualquier tipo entre personas, y es que quizá no haya tanta diferencia entre una relación aprendiz-maestro y una relación entre dos amantes.

    Al fin y al cabo, en este segundo caso, en la mayoría de las ocasiones se llega a tener la sensación por parte de uno de los dos de que el otro ya no le aporta todo lo que necesita y que debería separarse de él y seguir su propio camino aún a riesgo de perderse en él y no encontrar algo mejor, si no es que ése algo mejor no había aparecido antes de romper la relación.

    En mi caso personal, mi novia estuvo mucho tiempo deseando con todas sus fuerzas que yo fuera lo que ella necesitaba, pero nunca lo llegué a ser completamente para ella, y como es una persona tan exigente como yo, decidió que lo mejor era dejarlo. Y aplaudo su decisión, y la respeto, por mucho que nos duela a ambos, que lo hace, y mucho.

    A día de hoy estamos más distanciados que nunca, aunque ambos queremos no separarnos del otro y seguir estando en nuestras vidas para siempre, como amigos. Pero supongo que no es fácil para ninguno, por ahora, vernos, hablar, tocarnos, sentirnos como amigos… después de todo…

    La vida continúa, como siempre, quizá alguien llene ése vacío pronto, o quizá no sea hasta dentro de mucho, o quizá sea ella de nuevo la que algún día lo vuelva a llenar… Quién sabe, es pura incertidumbre, o destino, el mismo destino que nos hizo encontrarnos por casualidad una noche cualquiera.

    1. No me esperaba para nada una respuesta de este tipo, pero es interesantísimo el punto al que lo has llevado… Y sólo puedo decir que el tiempo será el que nos traiga las respuestas acerca de la situación entre esa chica y tú. Seremos pacientes, o al menos eso espero!

      Ya que te tomas la confianza de comentarme esto te invito a conocernos y seguir tratando temas en común dentro del foro, si es que no estás ya en él…

  2. En mi modesta opinión, no sé si es del todo aplicable el ejemplo del médico. Los médicos suelen disociarse bastante del paciente con el fin de que sus problemas no les afecten demasiado. Claro que no es lo mismo un médico de familia que un especialista… y no digo que no haya excepciones…

    Yo creo que cuando hay un interés comercial de por medio es difícil la amistad, los coaches que continúan fidelizando a sus clientes, que supongo que los hay, pueden desear continuar con la relación, incluso por amistad, pero inconscientemente pensarán, cómo continuar con la relación sino le cobro por mi tiempo??

    La solución a esa pregunta puede pasar por convertirse en un gurú, en cuyo caso el coach busca un grupo de fieles seguidores, y entonces la relación se vuelve muy unilateral, el gurú imparte doctrina, los seguidores le pagan con su afecto… no lo veo muy estimulante por ninguna de las dos partes

    1. He sido traicionado por mi filtro antispam, lo que me pregunto es qué palabra ha sido la que ha hecho a tu comentario caer allí.

      Ciertamente para todo se cuentan excepciones, sin ir más lejos todos los recuerdos que tengo de los médicos de familia es que, al tratar a toda la unidad familiar, se interesaban más por todos los asuntos que conciernen a dicha familia… E igual digo para la enfermera que lleva tantos años tratando con nosotros.

      Pero me gustaría matizar una cosa. Para que las relaciones entre coach y coachee funcione, debe haber una auténtica conexión que facilite la confianza y el trabajo en conjunto. Esto significa que el componente económico, el único sentido que tiene es remunerar el servicio de apoyo, consejo, asesoría y etc que el coach proporciona. Por así decir… Si tu coach no es tu colega, no es tu coach. Es un consultor, asesor, mentor, o lo que sea, y por eso quiero decir uno de tantos a los que podrías recurrir… Pero no es tu coach. Eso implica que hay verdadera sinergía entre ambos, las cosas funcionan y fluyen.

      Es por esto por lo que creo que cuando un coach concluye su labor, sigue pudiendo ser tu colega. Lo cual no significa que si necesitas alguna clase de consejo puntual, te lo proporcione… Ni que se pierda la opción de volver a contratar sus servicios como coach en caso necesario. Todo esto, sin llegar a convertirte en un gurú… Pues de hecho, algunos de los más prestigiosos coaches señalan que la labor de un buen coach no es la de dirigir al coachee, sino la de orientarle y ponerle en camino, motivarle para que lo inicie y acompañarle a través del mismo. Se le ayuda a encontrar las soluciones trabajando desde dentro de sí mismo…

      Y otras cosas que creo que ya he contado en un par de artículos del blog. O al menos en uno que llamé Elementos materiales del Coaching.

      En cuanto al tema gurú… Casi queda implícito que él habla y el resto le escucha. En ocasiones se establecen diálogos, pero la voz cantante sigue siendo la suya por ser el considerado como experimentado en la materia, o al menos más experimentado que uno mismo… Cosa que normalmente se da por supuesta, pero no tiene por qué ser cierta.

      Todo un placer volver a tenerte por aquí.

  3. Hola, curioso tema has ido a elegir para este escrito …

    Con respecto a lo que comentas sobre las enseñanzas del maestro, la dependencia del alumno, etc … me imagino que no poseerás muchos conocimientos sobre el tema de la educación, pero te puedo decir que hoy en día en este terreno nos encontramos con que la forma de trabajar está cambiando (o se pretende que cambie). Ahora se pretende trabajar con lo que se llaman las competencias básicas (no digo que antes no se hiciera, solo que ahora está regularizado). En total estas competencias son ocho, y según está escrito, una persona que termina lo que es la enseñanza obligatoria necesariamente tiene que haber adquirido dichas competencias.

    De las ocho que hay, me gustaría poner la lupa sólo sobre una de ellas (básicamente porque es la que realmente nos interesa aquí), se trata de la competencia para aprender a aprender. ¿En que consiste esta competencia? A modo resumido lo que describe es que la persona es competente en aprender a aprender cuando tiene la habilidad de continuar aprendiendo de manera eficaz y autónoma una vez finalizada la etapa escolar. Esto implica, además de tener conciencia y control de las propias capacidades y conocimientos y estar debidamente motivado, el saber utilizar adecuadamente estrategias y técnicas de estudio.

    Como puedes ver es exactamente lo que tú comentas y lo que se supone que los profesores fomentan, evitar esos lazos de dependencia es algo imprescindible para la buena formación y creo que es algo aplicable al terreno del coaching.

    Si alguien tiene alguna duda al respecto solo tiene que irse a la Ley Orgánica de Educación.

    Un saludo.

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