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Fluidez aplicada (3): nuestro elemento

¿Te sientes fuera de lugar en tu día a día? ¿Buscas el sitio al que perteneces? Encontrar nuestro elemento es la salida para esta situación.

¿Quieres saber por qué personas como el creador de McDonalds por ejemplo, y la mayor parte de los grandes millonarios y personajes famosos de hoy también; pasaron la mayor parte de su vida lejos de aquello que les hizo triunfar?

Mira esta infografía primero:

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«No todos los que vagan están perdidos.» (J.R.R. Tolkien)

Si te fijas con suficiente atención, verás lo siguiente:

Hasta los 25 años…

  • Mark Cuban, dueño de los Mavericks de Dallas, fue camarero en su propio bar.

Hasta los 30+ años…

  • Harrison Ford, actor y productor, era carpintero.
  • Pejman Nozad, angel inversor, era vendedor de moquetas.
  • Suze Orman, gurú financiero, era camarera.
  • Amancio Ortega, fundador de Zara, era dependiente de una tienda de camisetas.
  • J.K. Rowling, autora de Harry Potter, era madre soltera y recibía una pensión.
  • Ang Lee, director de cine, era un amo de casa desempleado.
  • Andrea Bocelli, cantante, era pianista de bares.

Hasta los 45+ años…

  • Mary Kay Ash, fundadora de Mary Kay, vendía libros y menaje del hogar de puerta en puerta.
  • Ray Kroc, fundador de McDonalds, vendía vasos de papel y batidoras.

Y si tienes las mismas curiosidades que yo puedo tener, verás que se tomaron un tiempo bastante largo (para algunos incluso excesivo, según criterios personales) en pasar a hacer lo que los dio a conocer y les llenó los bolsillos. Es más, puede que te preguntes…

¿Por qué tardaron «tanto» en despegar?

Todo se debe a una de las leyes más ridículas y poderosas que tiene la fluidez. Estoy seguro de que conoces casos más y menos prominentes, pero de todas formas representativos de este hecho.

Para que una persona pueda llegar a fluir y a triunfar,  debe encontrar su elemento. Entonces, todo encuentra su sitio. La creatividad y la motivación parecen ser inagotables. Creamos, nos recreamos y hacemos maravillas con el tiempo y con las personas que nos acompañan. A veces producto de una búsqueda consciente, y otras fruto de una atracción instintiva…

El hecho de meternos en nuestro elemento responde a la tendencia natural de las cosas: el fuego prende en madera seca y no en la húmeda; el agua va hacia el sitio húmedo antes que al seco.

Del mismo modo, nosotros iremos derechitos en la vida (tal vez por caminos tan enredados como los de la gente de la infografía) hacia aquello que realmente nos produce la sensación de seguir nuestra tendencia natural… Si nos damos el permiso para expresarnos, para manifestarnos, para apostar por nuestros instintos y nuestros sueños; claro está.

Pero, ¿qué es nuestro elemento?

Ese lugar y aspecto vital donde nosotros somos nosotros y algo más que nosotros al mismo tiempo. Donde nuestras pasiones y talentos entran en acción y funcionan como deberían. Donde sabemos ser, estar y hacer.

Es ese momento y situación donde sentimos al mismo tiempo comodidad y desafío. Interés y facilidad. Curiosidad y atractivo.

Ken Robinson ha dedicado un libro entero a la búsqueda del elemento personal, con ayuda de Lou Aronica. Y nos lo cuentan así:

El-elemento_altaEl mundo cambia a una velocidad vertiginosa y es imposible adivinar cómo viviremos en el futuro. ‘El Elemento’ es el punto en el que el talento innato se une con la pasión personal. Descubrirlo nos lleva a recuperar capacidades sorprendentes en nuestro interior. Desarrollarlo dará un giro radical a nuestro entorno y a nuestras vidas. Con un estilo ágil y ameno, y pinceladas de humor, está lleno de anécdotas sorprendentes y experiencias fascinantes que mantienen el interés del lector. Este libro recoge las historias de personas que encontraron su elemento, y con ello la plenitud y felicidad en sus vidas, desde Paul McCartney y Meg Ryan hasta Matt Groening, el creador de Los Simpsons.

Vale decir que no considero que las personas tengan un único elemento, y que además tengo la impresión de que muchas veces ni siquiera los varios elementos que podemos llamar nuestros tienen una correlación fuerte.

Como recordareis, hice un programa basado —entre otras cosas— en los elementos personales, al que pusimos el nombre de Alquimia Interior. Para aquellos que me preguntaban «por qué ese nombre y no otro», ésta sería la cuarta razón… Precedida por el sentido de transformación, el de refinamiento y el de potencial.

Puedo hablar de esto desde mi propia perspectiva, ya que hasta que no encontré mi elemento principal (comunicar), mi vida estaba totalmente desordenada. Ya os he contado anteriormente que abandoné los estudios y me dediqué a la auto-formación durante varios años; y también que este curso 2013/2014 he comenzado estudios universitarios en el Grado de Pedagogía de la UCM.

Puedo comentar también que mis relaciones con los demás han cambiado mucho; tanto en contenido, forma y uso como en equilibrio. Eso apareció cuando a ese elemento del comunicar se sumó el del aprender, y se les puso a ambos un matiz de hacerlo abierta y honestamente.  Demostrando lo que me gusta y lo que me disgusta, lo que conozco y lo que desconozco, lo que comprendo y lo que no… Y también lo que siento y percibo, para favorecer la oportunidad de darme a entender y que otros puedan darse a entender.

La mayor parte de lo que más me enorgullece de mi propia vida sale de la plenitud y generatividad que siento desde que me muevo en mis elementos.

Poner en orden mis asuntos, la gente que hay en mi vida, las cosas que hago y las inspiraciones que transmito… Tanto como encontrar sentidos y propósitos, aprovechar lo que tengo y lo que soy para llegar a lo que puedo ser y tener.

Eso es moverse desde el tercer elemento que me es propio: amor incondicional por mí mismo. Gracias a esto tengo la capacidad de conocerme, aceptarme y expresarme (con los mismos matices que tienen mis otros dos elementos; además de con curiosidad, morbo y picardía). Conseguirlo no me fue difícil, una vez supe dejarme llevar por la corriente de aquello que realmente me llena y me lleva donde yo quiero estar, me siento bien y me gusta estar.

Y si quieres comenzar a moverte en tu elemento…

Basta con que te preguntes dos cosas:

  • ¿Quién soy yo?
  • ¿Cómo quiero que sea mi vida?

Presta atención a esa última, porque puede darte pistas de varios de tus elementos. Además, es posible que ya conozcas algunos… En tal caso, te animo a compartirlos con los demás y conectar a través de ello con personas que compartan esas pasiones contigo.

Muchas personas encontraron que su elemento era una pasión que podría aportarle algo al resto del mundo, y en consecuencia, se volcaron en ello… Y gracias a eso, disfrutamos de las delirantes innovaciones que permiten que tú estés leyendo esto hoy.

E incluso, que puedas leerme en la palma de tu mano desde vete a saber dónde. La playa, la montaña, un valle o el metro… Estas formas de «empoderar vidas», como diría un publicista, son un elemento de muchos creadores y comunicadores.

Por eso, añadiría dos consideraciones más: ¿me representa?, por un lado; y ¿me sirve a mí y a los demás?, por otro. Si das con una respuesta adecuada, es posible que encuentres tu forma de «empoderarnos» a todos… Y que sea, afortunadamente, a través de tu elemento.

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Como ejemplo final, te dejo con este vídeo en que Pharrell Williams (músico, bailarín, productor y emprendedor) muestra su reacción a la inspiración que ha provocado con su canción Happy:

[youtube=»https://www.youtube.com/watch?v=IYFKnXu623s»]

Esto es lo que le dice a Oprah entre lágrimas, después de ver las respuestas de personas de todo el mundo, presentadas en vídeo:

Pharrell: «Esto me puede porque amo lo que hago y… Tan sólo aprecio el hecho de que la gente haya creído en mi por tanto tiempo, de haber llegado hasta aquí, de sentir… De sentir esto.»

Y la respuesta de ella, tampoco tiene desperdicio:

Oprah: «Lo pillo… Lo pillo de veras. Acabo de ver por qué se ha vuelto tan contagiosa: porque viene de un lugar tan claro que la energía es totalmente ininterrumpible, y eso permite que fluya directamente de corazón a corazón.»

Así que te dejo con la batería final…

¿Cómo quieres hacer del mundo un lugar más feliz? ¿Hay algo en lo que sientas que puedes aportar, innovar y transformar? ¿Qué sueños locos y brillantes tienes guardados?

¡Ponle voz, vívelo y haz que ocurra!


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Muchísimas gracias por tu atención, compañía y colaboración.

Un abrazo, y vuelve cuando quieras.

Kheldar

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2 comentarios

  1. Y tan importante como saber que hay algo tal cómo nuestro elemento es entender que, aunque nos hayan educado para ser tierra, podemos ser agua; aunque nos hayan dicho que debíamos ser fuego, podemos ser aire. Podemos ser incluso flojisto o materia oscura (materias hipotéticas); ambrosía o fuego valirio (materias mitológicas). La cuestión es atreverse a ser con todas las consecuencias y dejar de pensar que los demás son con mucha más eficacia lo que queremos ser nosotros así que, por qué vamos a molestarnos en intentarlo.

    Sí, somos alquimia. Somos cuánticos.

    Le suscribo al 100%, Dr. Melich.

    ¡Un abrazo!

  2. Vivir para y desde tu elemento es el mayor favor que podemos hacernos a nosotros mismos y al milagro que tenemos entre manos que estar vivos. Mientras tanto, todo lo demás tiene sentido, incluyendo el mientras tanto. Yo ando buscando el mío (o los míos), aveces, siento que me topo con algunos y me gusta el roce y si, una vez estás dentro no hay monstruo suficientemente grande, ni muro de acero infranqueable y si ademas crees en ti mismo y en lo que haces todo se vuelve fácil (fácil en el sentido del fluir y del no bloqueo).
    Y si, tus aportes son música para el alma Kheldar, aportas tanto. Tengo que reconocer que he llorado de la emoción según iba leyendo, cosas que pasan cuando uno esta en las cavernas (del Mito de la Caverna) y decide ver las imágenes reales y la luz.
    Gracias por existir de y en la manera que lo haces.

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