Estreno de la sección Relatos

Hoy un bonus para celebrar cositas nuevas con el blog. Veréis, he recibido ya en unas cuantas ocasiones la sugerencia de elaborar escritos, relatos varios… Que no tienen por qué ser explícitos (eso se le da mejor a Abril… jejeje). Y tratar de hacer que sirvan de lección, o por lo menos de estímulo e inspiración para quien lea.

Y me parece que voy a hacer caso.

Así pues, este será el primer relato. Disfrutadlo:

Una pareja se acaba de reencontrar después de la vuelta de él de un congreso de negocios.

Él ha pasado más de seis meses en este asunto, entre viajes y llamadas a destiempo, colmado de obligaciones a las que atender que no le dejaban tiempo para sí mismo. Esta situación le había hecho desatender muchísimo a su pareja, al punto de que en un cierto momento de sus viajes le mandó una carta, esperando que eso le hiciera entenderle. Ha tenido un éxito rotundo en su última negociación pero no le ha dicho nada a ella todavía, quiere sorprenderla una vez todo esté terminado.

Ella le veía cada vez más quemado y sobrecargado, y no sabía que hacer para aliviar esto. Su preocupación por él casi le había costado la inspiración para su última exposición aunque por suerte, consiguió la necesaria para completar sus obras a tiempo. Y parece ser que tuvo éxito, llegó a salir en el periódico como la artista revelación que más obras había logrado vender en ese evento, consiguiendo además un mecenazgo y algún que otro cliente fijo.

La relación parecía a punto de romperse y no se sabía cual de ellos iba a dar el primer paso. Pero por fortuna, algo pasó estando fuera ambos. Cada cual tuvo tiempo de encontrarse consigo mismo y cuando se volvieron a juntar… Se dieron a la tarea de redescubrirse.

Este relato pertenece a su reencuentro.

[…]

– Vaya… Al fin despiertas. Has sido el tercero hoy.

Estaba fatal estos días, la fusión de nuestra empresa con esos directivos extranjeros ha sido una dura y extensa negociación. Y encima de eso, al ser jefe de sección mis responsables me estaban sobrecargando con tareas que delegaban en mi, mientras que mi jefe estaba amenazando con despedirnos por falta de capital si no lográbamos esta acción.

Pero no hace falta que cuente el resultado… Acabo de despertar, de una grandiosa noche.

La sonrisa en su rostro me hace recordar por qué le gusta mirarme mientras duermo. Es justo lo que a mí me gusta hacer cuando ella, después de volverse fuego y quemarme vivo se derrite y se derrumba extasiada ante mi, rezumando mi placer y el suyo mezclados. Contemplarla hasta que se duerme, y dormirme así… Viendo su paz junto a mi.

Aún persiste en mi piel el recuerdo del roce de su cuerpo… Especialmente la siento en mi miembro, que parece tener vida propia y mejor memoria que yo. Ya está saludando en posición de firmes, y al darme cuenta he cogido el pequeño chiste malo de ella. Pero hoy tengo que entrar pronto a trabajar… Aunque me parece que hoy, va a ser un gran día.

No puedo dejar que ella consiga su «fresita», no todavía al menos. Me pasaré la mañana pensando en sus labios recorriendo mi piel hasta llegar al pubis, y cómo ella escala por el tronco con besitos y algún roce de su lengua hasta llegar a lo que más le gusta… Y para entonces, algunas gotitas rezuman declarando mudamente el placer que siento.

Y mientras, mi jefe verá mi cara. Y pensará que se debe a que logré convencer a esos huesos duros de roer, con una idea totalmente improvisada que me sugirió el haberle escrito una carta que le mandé hace tiempo, desde un congreso.

«No sé bien que palabras podrían expresarte cúanto te deseo… Nunca fui demasiado bueno hablando de lo que siento, pero creo que lo puedo resumir así: quiero reventar de placer entre tus brazos y no veo el momento de volver».

Aunque no supe que la había leído tan sólo unas horas antes y que había tardado tanto en llegar, hasta que antes de irme esa mañana me lo dijo. Es posible que no le diera tiempo ni a guardar la carta… Quizás por eso se entregó tanto anoche.

Estoy deseando volver a casa hoy.

[…]

– Vaya, al fin despiertas. Has sido el tercero hoy.

Verle al fin despierto me hace pensar en lo que siempre dice: le gusta velarme y esperar a que me duerma… Especialmente después del sexo. Esta noche me ha hecho sentir salvaje. Hoy la verdad es que estaba distinto, pero de una manera extasiante y encantadora…

Me ha costado un poco hacerme a la idea, pero logré encontrar el placer en sus palabras tan directas y poco encubiertas… Ha sido un pequeño gran niño malo hoy. Todavía recuerdo ese mordisco que me dio aunque no logre hacerme una idea de cuándo lo hizo…

Esa pasión al entregarse a mi… Dios, me vuelvo a correr solo de pensarlo. No le había visto nunca así pero su cambio me encanta. Estaba pasando por una mala etapa, y por un momento estuve seriamente asustada… Pero después de todo lo que pasó ayer, no tengo ni la menor duda de que lo ha superado. Solo hay que verle hoy, sabe que tiene que ir a trabajar y aun así ya me ha sacado los colores siete veces desde que despertó.

Creo que tengo una idea para un cuadro nuevo… Pero este no le voy a vender. Ya me dio la idea cuando pude leer esa carta, pero realmente no supe que por casualidades de la vida, recibí la carta el mismo día que el llegaba a casa. Ni estaba fechada, ni firmada… La reconocí por su letra. Me pilló tan descolocada y por sorpresa… Me sentí tan bien al recibirle y verle tan… Cambiado. Esa forma de mirarme, esa sonrisa ladeada, ese sentimiento que emanaba de él… Parecía tan seguro, tan directo en lo que hacía, que no pude -ni quise- resistirme. Y ahora me habla de mi querida «fresita»…

Hijo de puta, qué bien atiendes cuando quieres… Me pasaré el día pensando en nuestro reencuentro y en cómo voy a la caza de tu fresita. Seguramente me sobre inspiración para cuatro o cinco trabajos del cajón desastre, alguno que otro bueno y para ese cuadro que me inspiraste. Y sé que te va a encantar, estoy convencida de ello.

Estoy deseando que vuelvas a casa hoy.

Publicaciones Similares

2 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *