Las cosas que sé, y quiero compartir contigo (2): Conseguir sin perseguir
Descubre una de las verdades tanto del mundo de la seducción de noche como del ligue en tu día a día, con la única solución positiva posible.
Pronto descubrirás por qué digo que es la única positiva, ya que soluciones hay muchas y muy variadas. La diferencia radica en que esas operan en función de lo que quieras evitar, no de lo que puedas conseguir.
Cuando termine este texto tendrás en tus manos el poder de crear tus propias oportunidades, sin tener que hacer un esfuerzo especial por conseguirlo.
¿Demasiado bonito para ser cierto? Comprobémoslo.
Permite que comience mi alegato estableciendo una premisa:
Ningún hombre o mujer puede realmente hacer (porque le salga de ahí) que otra persona se interese por él. Solamente puedes construirte una vida lo bastante interesante como para que quieran acompañarte en ella.
Por eso muchas veces me he reído en vuestra cara cuando me habéis dicho a las claras «yo quiero ligar más». Nunca ha sido por desmerecer vuestra intención, que me parece muy noble; sino para reconducir vuestra energía y atención.
¡No existe ningún ser humano que ligue realmente! Y el que diga que sí (me incluyo en el saco) es gilipollas.
Piensa en ello como el sueño, la felicidad o los orgasmos: cuanto más los persigues, más te eluden. ¿Le ves el sentido a esto que te comento?
Esto es un movimiento de dos. Si la otra persona no recorre su parte de la distancia, nunca estaréis unidos.
Y eso no es algo que puedas controlar. Si acaso, y a lo sumo, puedes aumentar las probabilidades siendo una buena compañía.
Nosotros únicamente estamos ahí para vivir nuestra vida lo mejor posible, en compañía de otra personas.
Aparte, podemos ser vistos o ignorados por ellas, y decididamente afirmo que ese es tu único papel ahí: ser visto o pasar desapercibido. Estar presente en su mundo o perdido en el tuyo.
Y aunque las maneras de ser visto que ya tenga y utilice cada uno son ampliamente discutibles, no entraré en eso salvo para comentar algo.
Por decirlo de una manera sencilla, cómica y cariñosa: deja de forzar oportunidades con todo lo que se menea.
Es muy sencillo comprobar cuando se da un ambiente de complicidad y tensión sexual con alguien, así que no inventes.
Si eres tú el que asume algo que no hay y encima tratas de forzarlo, entonces eres un correfaldas. Un baboso más.
Si tu mente está puesta en «pillar cacho como sea» no eres nadie que aporte nada más que ese morbo (a menudo breve y pasajero) que todos tenemos.
Sin embargo, confío en que hay algo que se puede hacer para ser proactivo en este sentido. Algo que te permite estar con mujeres, hombres o las personas que te gusten, pero sin perseguirlas. Y te cuento:
Estar con ellas en el momento, siendo tú mismo (no lo que creas que le puede gustar) y manifestando tus sentimientos o tus intereses reales.
Compartir tus deseos e impresiones abiertamente, aunque sin imposiciones a su persona y desde un respeto de base.
Tener un trato cercano, pero no pegajoso.
Dejar que se note si esa persona te atrae o no, y cuánto te atrae en caso de que sí.
Utilizar los múltiples lenguajes y deliciosas sutilezas que te permiten decir «me gustas» sin decirlo…
… e incluso hacerlo de viva voz.
Pero especialmente, no estar ciego a lo que tienes delante por atender a lo que quieres tener.
Esto que te cuento se resume bajo la premisa Todo, menos marear. ¡Apréndetela bien!
Con todo mi cariño, mi aprecio y mi respeto para los que quieren convertirse en grandes conquistadores: lograréis ser geniales como perseguidores y tal vez buenos oportunistas, pero nada más.
La idea de no marear es muy sencilla. Habla de una claridad y honestidad sin artificios. De vivir desde una vulnerabilidad poderosa.
Eso a los hombres nos suele parecer ilógico, y por eso mismo a algunos les parece que no vale para nada. Pero se llevan la sorpresa cuando prueban.
El mero hecho de estar ahí al mismo tiempo que das espacio a la otra persona para que ponga sus cartas sobre la mesa y las juegue como quiera; es la gran diferencia entre alguien que quiere conseguir algo de ella y alguien que quiere compartir algo con ella.
¿Eso no sería jugar al despiste?, te preguntarás…
Pues no, la verdad es que no es jugar al despiste. ¿Y sabes por qué?
Voy a responderte sin pelos en la lengua, y modestia aparte:
Si te fijas, no hay nada contradictorio.
Te hablo de una persona que es capaz de conducirse de manera prosocial y prosexual, pero no te hace sentir como si cada palabra suya fuese dicha para convencerte de que le comas la polla. No te hace pensar que para él eres poco más que un calcetín de carne para su tercera pierna.
¿Ves por dónde voy? Alguien abiertamente sensual y sexual, pero no asqueroso.
Una persona que todos -y todas- hemos sido, somos y podemos seguir siendo; si renunciamos a estereotipos y creencias absurdas.
¿Qué puede pasar cuando aprendes a no marear?
En ocasiones te dirán que vas muy a saco, que te lo tienes muy creído, y que te cargas algunas de las cosas más divertidas (como las insinuaciones o el misterio). Que eres demasiado fácil o demasiado poco selectivo.
Pero también te dirán que es admirable que prefieras vivir sin máscaras, sin mareos, a puro buen rollo.
También verás que más de una vez te piden opinión, cuando no directamente consejo. Que te recomiendan a sus amistades para que les ayudes a estar mejor consigo mismas y con sus parejas del momento.
Esta es mi experiencia y la de mis alumnos y clientes. Nos volvemos notables por el trato que brindamos, no por las apariencias.
Ya, bueno… ¿Y los resultados para tu propio disfrute?
Oye… ¿Qué te hace pensar que no disfrute de lo que te he contado hasta ahora? Yo no he dicho tal cosa, ni lo he insinuado tampoco. Al menos eso espero.
Esto es lo que puede pasar, y la explicación que yo le encuentro:
- Te llegarán mensajes diciendo que se acuerdan de ti por cualquier tontería que les ocurre o que presencian (te tienen en su mente).
- Te buscarán diciendo que necesitan pasar un buen rato y saben que contigo no falla, que siempre se te ocurre algo (te invitan a su corazón).
- Te confesarán fantasías, sueños, deseos… Relacionados o no contigo. En los relacionados contigo, te dejan loco (te abren su intimidad).
Las proposiciones sexuales vendrán muchas veces por su parte, o te motivarán a ti para que te actives y tomes la iniciativa.
Por supuesto, esto es compartirte mi realidad sin marearte.
No tiene por qué coincidir con la tuya. No hemos construido nuestras vidas recorriendo los mismos senderos, ni creado las mismas conexiones.
Nuestra identidad no tiene por qué parecerse remotamente siquiera.
Y aún así, confío en que todo lo dicho hasta ahora resuena contigo. En que reconoces la pureza en su fondo…
La pasión visceral.
La conexión profunda.
Sé que a tu cabeza llegan imágenes y sensaciones. Más o menos abundantes e intensas, pero llegan.
También estás conectando con tus recuerdos y con tus deseos.
Y sin duda, estarás deseando comprobar si tendrá sentido y uso dentro de tu realidad…
Por eso, una vez más te digo… Sí, se puede.
Limítate a estar ahí, a relacionarte sin tratar de sacarle algo a la otra persona.
Permítete disfrutar de la cadena de acontecimientos, tanto como del momento presente… Es de ese mismo instante, de ese ahora que deseamos que no termine, de donde nace la magia y la fuerza de todo esto.
Del hecho de abrazar la realidad de la otra persona y darle cabida en la tuya. Y más allá de eso, crear una realidad común donde poder ser enteramente uno mismo… Sin tapujos, sin velos, con la total seguridad de saberse no sólo aceptados y apreciados; sino también deseados.
Para expresar y alimentar todos tus oscuros deseos. Para que se den un banquete con tus ganas, y les quede espacio para más.
Para que se bañen en tu presencia y al separaros no puedan olvidarte por estar impregnadas de tu aroma.
¿Suena violento? Las mejores pasiones tienden a serlo…
Aunque sea por su tendencia trasgresora. Por su naturaleza salvaje.
Por la connotación de libertad.
Ese es mi alegato final.
Bríndate la libertad (y a los demás también) de ser natural, honesto y abierto.
No por lo que puedas conseguir, sino por lo que tengas tú para darle al mundo (y efectivamente quieras dar).
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Todas tus reflexiones son bienvenidas, y estoy deseando conocer tu opinión.
¿Te parece que me equivoco? No te calles y házmelo saber. Argumenta tu postura.
¿Te parece que tengo razón? Cuéntame qué piensas que nos hace coincidir en esto.
¿Te has reconocido en alguna parte del texto? Aporta tu perspectiva para que lo entendamos mejor.
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¿A qué viene la charla? A que se puede vivir en un mundo donde las relaciones con los demás (y con uno mismo) sean siempre sencillas, fluidas y enriquecedoras.
Este texto está inspirado en mi iniciativa Todo, menos marear; al respecto de la cual he publicado un libro.
Es tan bueno que lo utilizan hasta las personas con Asperger y/o quienes quieren una relación con un aspie siendo neurotípicos.
Lo puedes conseguir en Amazon. Y si te sirve, agradezco que me dejes una reseña.
Esto es todo por hoy…
Recuerda mi lema para este tema:
Sed felices. Sed vosotros. ¡Vivid la vida!
Sergio
Conforme pasa el tiempo,cada vez estoy mas de acuerdo co.tigo, atras van quedando los tiempos en los que analizaba que tenia que hacer para conseguir saciar mi lujuria fisica solo intentando conseguir eso de la otra persona, intentando no se que para gustarle sin que te conozca realmente. Por tanto, me gusta tu propuesta de simplemente estar ahi, ser abierto y dejar que el otro se pronuncia con lo que surja de esa relacion.