|

Caminos que terminan para mi…

El de hoy es un escrito que comienzo en la madrugada, que no sé cómo empiezo ni cómo terminará. Es uno de esos donde siento la necesidad de dejar a mis manos operar a su antojo sobre el teclado y vaciar cada palabra, darle forma a un texto y sentido a mis reflexiones más profundas. Hace tiempo, con la ayuda de Robert Judge os hice saber a todos que la prueba de madurez de la sociedad actual es exponerse a la soledad y al rechazo (aunque para él se refería claramente a sentir miedo al aproximarse a las mujeres, a ser rechazado por ellas).

Creo que hace tiempo que me vino a la mente una idea: para aprender a estar bien con los demás primero has de estar bien contigo mismo; así como para aprender a estar bien en compañía primero debes sentirte bien en soledad. De un tiempo a esta parte, a pesar de los intentos de varias personas, vuelve a apoderarse de mi una antigua condición personal, que me lleva a preferir y buscar activamente la soledad.

La historia de hoy habla de caminos que se cierran y por qué me vuelve a gustar estar sólo.

Cedida por www.presidentederqui.com.ar

Para mi, la soledad siempre trajo cambios y disparó los que debían producirse tiempo atrás. Esos que por saturación en el mismo ambiente o con las mismas gentes, no ocurrieron. Cada vez que viajo, cada vez que salgo de mi ciudad, vuelvo siendo diferente. Como algunos ya sabrán, llevo aproximadamente 15 días en Alemania, y ya sin regresar se han notado bastantes cambios… Mi percepción temporal está alterada. He iniciado varios proyectos nuevos. He cerrado por fin capítulos de mi historia que estaban inconclusos.

No hace mucho, he visto cómo personas que se habían marchado de mi vida, regresaron. También he visto a personas que parecían una parte fija desaparecer.

Desaparecer… A veces desearía profundamente equivocarme. Hay ocasiones en las que me pesa y me duele tener razón. Pero no siempre salen las cosas como uno quiere, y esta lección me la he tenido que aprender al estilo de la letra con sangre entra.

Ha pasado de todo en estos últimos meses. La chica que fue mi primer amor y la primera impulsora de mi voluntad de ser cada vez mejor como persona, reapareció fugazmente. Es más, lo hizo felicitándome por todos los cambios que podía llegar a ver y por mi trabajo con el blog… Aunque no se quedó mucho tiempo, no nos pusimos tampoco muy al día ni retomamos el contacto. Simplemente se hizo notar y se volvió a marchar.

Varias otras personas que se habían marchado han regresado, como comentaba anteriormente… Y me alegra que lo hayan hecho, a pesar de que personalmente me encuentre en un momento donde prefiero la soledad y si deseo la compañía de alguien yo mismo la busco. Esas personas creen en mi, y les agradezco su voto de confianza.

Otra persona que ha sido muy importante para mi parece haber decidido por cuenta propia que estoy mejor sin ella, que no hace sino dañarme y como no merezco eso prefiere no exponerme a ello. Y por tanto ha cortado todo vínculo conmigo. Y encima, sus últimas palabras se refieren precisamente a este tema.

Hay ocasiones en las que percibimos malas sensaciones cuando hay duda, desconfianza o no vemos algo claro. También, en el momento en que alguien nos resulta incomprensible. Podemos percibirlas a través de palabras sueltas, frases completas, acciones, reacciones, personas, imágenes… Cualquier cosa. A estas percepciones se las llama instintivas, otros le ponen el nombre de «corazonada». Y hacen que cambiemos el rumbo de nuestra actuación, de una forma o de otra reaccionamos ante ellas, debido a su influencia sobre nosotros.

En este caso se puede decir que la corazonada fue perjudicial.

Una de las más graves sensaciones que se puede llegar a sentir es la del miedo irracional, o peor aún, el miedo a la soledad. Hay personas que entienden, aman y abrazan la soledad (recordemos el artículo Una persona oscura y misteriosa) y por ello no la temen sino que la desean. Hay otras personas que la encuentran sin desearla y por eso la temen, temor que se acrecenta cuando no saben de dónde procede la sensación ni cómo librarse de ella a pesar de las constantes muestras de los demás de que no lo están.

No obstante, hay personas para las que eso de que las cosas no salgan como uno quiere ocurre por el hecho de que estén pasando su propio infierno psicológico. Esto supone que un día algo falle, empiecen a verlo todo mal, a fallar en las cosas y hacerlas mal, se aíslan… Y propician que todo esto se acrecente y empeore. Aparece la angustia, el sentimiento de soledad, el abatimiento… Y las ganas de rendirse.

No es mi caso particular. No me encuentro en esa situación, pero deseo la soledad por una simple razón… No lo tengo fácil para comprender ciertas costumbres de hoy en día. Tengo unos gustos, unas motivaciones y unos intereses diferentes. Y una sorprendente carencia de personas con las que compartirlos en su totalidad. Repito claramente, EN SU TOTALIDAD. Puedo compartirlos de manera parcial con mucha gente, incluso alguno que otro en totalidad con alguna persona… Pero completamente no.

Soy demasiado diferente. Mi mentalidad es demasiado divergente con respecto a la de muchos de los que me rodean. El otro día me preguntaba un compañero con cuántas personas sentía que podría compartir mis inquietudes, y le respondí que sinceramente pocas. También me preguntaron otras personas por cosas en el orden de la persona en quien más confías, la que más cerca sientes de ti… Y esa clase de preguntas.

Esta diferencia no la provoco yo mismo. Podría adaptarme, o rebajarme como dirían algunos. Y ponerme al nivel que de mi se espera por la mayoría de las personas. Pero no es algo que me apetezca, eso de agacharme y pasar por el aro. No voy a ser esa persona que se espera que sea, sino quien verdaderamente soy. No tiene sentido tratar de convencerme de que «me pasa algo raro» cuando lo único que ocurre es que no me queda paciencia ni ganas de aguantar insensateces, mojigaterías y alardes de nadie.

En este momento, acabo de recordar eso de mejor solo que mal acompañado. A estas horas, mi hermano pequeño duerme a mi lado y el resto de la casa también está durmiendo. Sólo quedamos vivos mi ordenador y yo. El resto de las personas que me conocen, probablemente estén dormidas o haciendo lo que deban. Estoy solo…

A todos los efectos prácticos. A solas con mis reflexiones.

Unas reflexiones que quiero terminar con la canción Ni Estabas Ni Estarás, otro trabajo Mejor que el Silencio de mi querido Nach. Otro día seguiré este escrito, supongo… Pero esta vez, con los caminos que se abren -o yo abro- ante mi.

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=Zi3_PxtemZA]

Abrazos,

Kheldar

Publicaciones Similares

8 comentarios

  1. Este escrito me ha apenado bastante, me ha recordado a mí hace un tiempo. Me invadió la misma sensación, se me metió en la cabeza como un gusanillo…y claro buscando la soledad fue eso lo único que encontré me aparte del mundo y olvide lo poco que sabía sobre relacionarme con los demás, claro que este es mi caso particular y seguro que en aquel momento y hasta en este justo momento no tengo la madurez emocional que puedas tener tu, pero la búsqueda de la soledad es algo peligroso sobre todo si no eres una persona a la que le guste como en mi caso, pero se deja llevar por sus miedos, creencias…
    Además yo no creo que seas tan diferente a cualquier otro, pues todos somos tan diferentes que si yo quisiera encontrar a alguien con quien compartir mis gustos, creencias, motivaciones, intereses… totalmente con otra persona…puede que no encontrase a una persona así en mi vida. Ahora mismo creo que es más importante tener un amplio grupo de personas alrededor y que cada una llene un pequeño hueco de tu vida, pero que la suma de todas rebose tus emociones. Yo creo que es mucho más interesante que conocer a una o muchas personas que compartan todo contigo, además si así seria… ¿con quién discutirías? 😉

  2. Gracias por este regalo.
    La mayoría de mis pensamientos giran en torno a este tema. Como ya te he dicho, me gusta leer cosas con las que me siento identificada, dejo de sentirme sola… Creí amar la soledad y, cuando la encontré, me topé con la amargura.
    Esa manera en que la gente viene y va, esa sensación de no poder ser con alguien enteramente pleno (valga la redundancia). Leo estas palabras y veo mi vida, tanto pasada como la presente. Leo estas palabras y veo las mías escritas de otro modo.
    Una y mil veces gracias.

  3. Ahm que te puedo decir yo pensaba como ti ahora anteriormente y ahora estoy como lo que dice el texto al principio, Muchas gracias por compartirlo 🙂

  4. Estoy totalmente de acuerdo contigo en lo de que para poder estar bien en compañía primero tienes que encontrarte bien estando solo. Hay momentos en los que un poco de soledad para la reflexión no vienen nada mal, te ayuda a aclarar ideas, sentimientos, …, la cuestión es que ese tipo de soledad, como bien dices, la que realmente puede gustar en ocasiones es la soledad buscada, no la obligada. La soledad obligada lo único que puede hacer es hundirte más, hacer que te sientas más solo si cabe. Sí, ambas te invitan a la reflexión con la diferencia de que la reflexión voluntaria suele ser en un estado positivo, ya que es algo que quieres o es algo deseable para ti, y la obligada suele darse en un estado negativo, con lo que el resultado puede ser hasta perjudicial, aquí es donde nos podemos encontrar con pensamientos frustrantes y donde aparece el miedo a la soledad como mencionas en el escrito.

    Con respecto a lo de encontrar a una persona que comparta TOTALMENTE tus gustos, motivaciones e intereses … estoy más que de acuerdo con Mllmor, no creo que nadie comparta absolutamente TODO contigo, pueden compartir una gran parte de tus inquietudes pero TODO, …, puedes encontrarte a alguien que en un principio pudiera parecer que es así, pero con el tiempo te darías cuenta de que cada uno es un mundo, todos somos diferentes y siempre, tarde o temprano, encuentras esas diferencias que al principio parecían no existir. Desde mi punto de vista lo mejor es encontrar a alguien que posea algunas de tus inquietudes y con la que puedas disfrutar compartiendo las que no tengáis en común, tanto por su parte como por la tuya. Una persona que te complemente, no que sea un calco de ti, al fin y al cabo es lo que te va a ayudar a desarrollarte como persona, gente que te aporte puntos de vista diferentes al tuyo, gustos diferentes a los tuyos, …, en definitiva, gente que te «obligue» a salir de tu mundo para explorar nuevos y enriquecerte con la experiencia.

    Por último me gustaría comentar eso de que adaptarse es rebajarse, creo que aquí no tienes ninguna razón, una cosa es adaptarse a las situaciones y otra muy diferente es rebajarse a ellas. Adaptarse hace referencia a acomodarse a una situación, mientras que rebajarse hace referencia a humillarse, a pasar por una situación en la que pierdas parte o la totalidad de tu dignidad. Creo que la diferencia es bastante evidente. Eso sí, te doy toda la razón con lo de «mejor solo que mal acompañado».

  5. Bonita reflexión. Me doy cuenta que a veces sincerarse consigo mismo es la mejor vía para progresar. Ojalá yo lo hiciera más a menudo. Un abrazo!

  6. Coincido con otros comentarios, si la buscas es buena si te obligan es mala, pero aun asi de todo se puede aprender por que todo esta en tu mente. En ella radica toda tu fortaleza y si tu mente es fuerte seguro que sacas provecho de ello.
    En lo de rebajarse recuerda el encabezado de tu blog, la vida es fluir, se como al agua acomodate o erosiona la roca para hacerte camino, la primera mas comoda y rapida la segunda con mas trabajo y esfuerzo, todo depende de ti.
    Tambien en lo de enontrar alguien totalmente » Compatible «. eso no existe, nadi puede serlo totalmente por que cada persona es un mundo por tanto no es posible mas que encontrar parcialmente compatibles, lo bueno es eso mismo compartir esa parte que puedes con ellos o ellas y en los momentos que puedas (que tampoco siempre podras o te dejaran).
    En resumen la vida misma, anda, tropieza, levantate y aprende por que caiste.
    y si alguien se va de tu vida seguro que otro vendra a llenar ese hueco, no sera igual por lo dicho antes, pero tapara ese vacio aparente. (eso me recuerda a un amigo recientemente fallecido y que sin embargo aun sige presente en mi memoria y mis recuerdos…… por tanto sigue cerca de mi).
    Un abrazo y espero que vuelvas con mas energias que cuando te fuiste.

  7. Muy buenas a tod@s!

    Gracias por los comentarios y opiniones vertidas en la entrada. Así da gusto, lo bastante ricas y variadas como para poder obtener interesantes aportes de cada línea.

    Antes que nada, debería haceros la confesión de que soy una persona de natural solitario, pero cuando me apetece la compañía de las personas yo mismo la busco… Y muchas veces con una intensidad desmesurada. Eso es un pequeño desajuste debido a que no puedo procesar un término medio para ello… Por lo cual paso tiempos en los que socializo «normalmente», otros en los que soy «hipersociable» y otros en los que paso entre ramalazos de sentirme antisocial o inclusive asocial.

    Dejo de tolerar cosas que en realidad no son tan serias y me tomo exageradamente mal cuestiones que son estúpidas, por el mero hecho de ser estúpidas. Y al mismo tiempo, por ir la persona que comete la estupidez de madura o de capaz, o cualquier cosa que simplemente contradiga con la acción ocurrida.

    No soy demasiado diferente a las personas en sí, tengo gustos bastante comunes y otros no tanto. Puedo compartir bastante bien los comunes, pero sólo hasta cierto punto porque de todo ello tengo mi propia forma de ver las cosas, que reservo para mí mismo y no le muestro a nadie prácticamente. Es por eso que muchas veces me dedico a buscar personas que se asemejen a mi visión personal, la que no comparto. Es algo totalmente azaroso -no lo pongo en duda-, y sin duda es probable que me cierre muchas puertas siguiendo ese criterio.

    También tengo en cuenta que no voy a encontrar una persona que lo comparta todo conmigo, de hecho tengo una idea que aproximadamente dice que la única persona que puede hacer eso contigo es uno mismo. Habrá quien pueda compartir casi todo, pero todos tenemos la necesidad de hacer cosas a solas, o con otra gente diferente a la que solemos, como suele pasar a menudo cuando se entra en grupos para realizar determinadas actividades (grupos de deporte, por ejemplo).

    Me interesa mucho el punto especial que habéis vertido, ese en el que decís que quien mejor te ayudará y complementará será totalmente opuesto a ti. Algo parecido me resuena en un eco sobre que antaño, a los rivales más acerrímos se los consideraba por encima de los mejores amigos. Tan sólo porque eran los que con su rivalidad mantenían una suerte de amistad contigo -si dicha rivalidad no es antipática ni violenta, sino más bien sana-, y te incita a mejorar constantemente… Aunque fuese por superar en algo a tu rival, impresionarlo, avanzar, cualquier cosa.

    Y creo que con esto he comentado un poco sobre todo lo que habéis contado aquí. Encantado de teneros en este espacio, volved cuando queráis.

    Abrazos!

  8. me ha encantado este tema y me ha recordado a una persona en especial que siempre aparece y desaparece … y eso simplemente hace que me guste más y más , pero entre la soledad y él prefiero mi soledad.

Responder a Kheldar Arainai Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *